Por estos lares zarzeños el final del estio deja su impronta ofreciéndonos una variedad de tonos ocres que son para la vista un auténtico manjar, aunque para el campesino no lo sea tanto pues esto representa la ausencia casi total de pastos sufriendo el ganado las consecuencias. Pero son ciclos inevitables.
He tenido la ocasión de pasearme unos dias por nuestro campo asfixiado por el sol y la ausencia de lluvias, aunque no tanto; pues ahí está ese verdor más vivo que nunca de las escobas salpicado de "zarzales" con sus racimos de moras; negras las maduras, a la espera las rojas.
Así es nuestro campo llegado septiembre: verdes las plantas, suelo dorado.... o color de paja, o de champán, o de melón amarillo, o de melocotón, o de calabaza madura, o de almendra, o sea, un auténtico manjar con fondo de cielo azul.
He tenido la ocasión de pasearme unos dias por nuestro campo asfixiado por el sol y la ausencia de lluvias, aunque no tanto; pues ahí está ese verdor más vivo que nunca de las escobas salpicado de "zarzales" con sus racimos de moras; negras las maduras, a la espera las rojas.
Así es nuestro campo llegado septiembre: verdes las plantas, suelo dorado.... o color de paja, o de champán, o de melón amarillo, o de melocotón, o de calabaza madura, o de almendra, o sea, un auténtico manjar con fondo de cielo azul.