12 octubre 2017

La pilarica

Recordando a mi primo Adolfo




La Pilarica (12 de octubre)


 

 
Suena la jota en Zaragoza y no hay quien la contenga. Suena la jota porque es 12 de octubre y es mucho ser. Hoy no guarda silencio el Ebro al pasar por El Pilar. Hoy no hay silencio ni siquiera para rezar, pues se reza cantando y bailando como la jota manda
Igual que todas las saetas son para La Macarena, igual que todas las sardanas son para La Moreneta, igual que todas las sevillanas para la Virgen del Rocío, la Blanca Paloma e igual que todas las cantigas, que son las canciones de cuna del castellano, son para todas las Vírgenes castellanas, que son todas, exactamente igual para la Virgen del Pilar, la Pilarica, todas las jotas aragonesas. Lo he dicho y seguiré insistiendo: en España a la Virgen se le reza cantando y bailando. Se trata de una oración muy particular y muy santa, llena de temperamento y alegría, llena de devoción y hasta de piropo. Y hoy es doce de octubre y hoy Zaragoza bulle, como toda España, de alegría sagrada.


Dicen que la Virgen llegó hasta Zaragoza para visitar a Santiago. En carne moral. O sea, que más que aparición, se trata de encuentro. Eso es lo que la tradición asegura y lo que las Crónicas de Aragón, firmadas en 1499, narran. Y tal creencia no hay quien se la quite a los mañicos. Llegó María hasta Zaragoza, en carne mortal, conversó con Santiago de esas cosas familiares que quizá hubiesen quedado pendientes tras la muerte y resurrección de Jesús. Santiago se dirigió, como ya se sabe, por los lados de Galicia, y a ellos retornó después, ya muerto, y hoy lo resucitan todos los días los peregrinos que transitan todos los caminos del mundo para volver a los viejos tiempos.
Ya debía ser bastante mayor la Virgen cuando vino a Zaragoza al encuentro con Santiago. Se dice que esto ocurrió en el año cuarenta. Quizá importen poco estos datos. Lo que importa es que en Zaragoza está el Pilar y de ese pilar ya no hay nadie que mueva a la Virgen.


El Pilar es el primer templo del mundo dedicado a la Virgen, y esto constituye una primicia envidiable. De entonces para acá todos los caminos se han llenado de templos, ermitas, catedrales, basílicas para honrar a la Madre de Dios. Pero ya no hay quien le quite a Aragón esta primicia.
El más popularizado de los milagros que se cuentan teniendo como protagonista a la Virgen y a su Pilar es el del Cojo de Calandra. Fue en 1637 cuando al buen hombre tuvieron que amputarle una pierna. Cómo tres años después la pierna volvió a aparecer en su lugar, es milagro que nadie explica. Pero algo debió de ocurrir, pues aseguran que el hombre terminó sus días caminando con sus dos piernas, como si nada. No hay por qué decir que tal portento tiene como protagonista a la Virgen y al templo. Los pormenores del acontecimiento varían, pero eso tampoco es obstáculo para que el Cojo de Calandra, 1637, pase a formar parte de esa creencia de caminantes que siguen siempre los pasos de los caminantes primeros. Ahí la Virgen en Zaragoza. Ahí Santiago en Compostela.
Hoy es día de júbilo por muchas razones, incluida el de la hispanidad, el del descubrimiento de un mundo ignorado, el del acercamiento de las culturas, el de todas esas cosas que se sustentan en este encuentro de la Virgen con Santiago. Hoy es el día de la jota mariana, de la España mariana, de la algarabía y de los maños. Porque, en este particular, maños somos todos.