El verde maraojo, ya se ha comentado en esta página, es un verde que nos identifica. Mi primo Adolfo lo resaltó en sus comentarios, y unos y otros hemos hablado de él. Es en este momento cuando ese verde tan nuestro está en su mayor esplendor.
Cuando nace, y apenas despunta de unos centímetros, deslumbra su verde claro, joven, ávido de luz; no es extraño que a las ovejas se le vayan los ojos detrás, y al menor descuido hayan acabado con él. Despues, cuando alcanza el ecuador de su crecimiento que es por estas fechas, tumbado sobre los surcos, ofrece los tonos más variados en función de la luz. Más tarde cuando llegan las heladas se torna cobrizo, y si llueve en demasía, comienzan a resaltar, como canas entre el pelo negro, los tonos amarillentos. De modo que nuestro verde maraojo es el verde por excelencia de nuestro lugar; es el verde Zarza de de Pumareda. Félix.
Cuando nace, y apenas despunta de unos centímetros, deslumbra su verde claro, joven, ávido de luz; no es extraño que a las ovejas se le vayan los ojos detrás, y al menor descuido hayan acabado con él. Despues, cuando alcanza el ecuador de su crecimiento que es por estas fechas, tumbado sobre los surcos, ofrece los tonos más variados en función de la luz. Más tarde cuando llegan las heladas se torna cobrizo, y si llueve en demasía, comienzan a resaltar, como canas entre el pelo negro, los tonos amarillentos. De modo que nuestro verde maraojo es el verde por excelencia de nuestro lugar; es el verde Zarza de de Pumareda. Félix.
3 comentarios:
Como bien dice Félix, el "maraojo" está ahora en su mejor momento; bien verde, pues es muy agradecido y las aguas recibidas junto con la temperatura (que aunque alguna noche ha hecho frío, no ha llegado a helar) hacen que dé lo mejor de si. De lejos, los sembrados parecen como islas verdes, bien recortadas junto a baldíos ó escobales; como vida en medio de la nada.
Este color verdoso fuerte a veces se torna rápidamente pardo no sólo con las heladas; en ocasiones bastan unos días de nieblas persistentes para dejarlo así. En este estado ya no satisface tanto al ganado, pero lo que importa es que lo haya, sea mejor ó peor.
(Agustin)
Aparte, por supuesto, de la satisfacción de los dueños de las parcelas y del gusto que tiene que dar a los agricultores ver disfrutar al ganado en medio de un frondoso maraojo, está también, sin duda, el regalo que supone para la vista contemplar en estos días el verdor del maraojo en todo su esplendor, con todos sus matices, dependiendo de la luz ambiental, alcanzando su mayor intensidad en los amaneceres y atardeceres. Como bien dices, Adolfo los tenía catalogados: "verde chopo, verde rastrojo, verde maraojo o el verde agua de regato". ( en Galería)
-Manolo-
Yo diria que el color verde del maraojo estos deías es tan especial que, es un color que no existe.
(Paco)
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