22 junio 2016

Recordando a mi primo Adolfo



 Hoy quiero rememorar el paso de los años, nuestro paso a paso que llamamos tiempo, para recordar una vez más a mi primo Adolfo, cuya ausencia  me sigue pesando y  que pretendo mitigar con este recuerdo

que le dediqué hace cuatro años en este blog.

Él fue, como se suele decir, un adelantado a su tiempo, un analista fino de la sociedad, un comprometido con los más débiles, quizás por  eso, aunque no solo por eso, Adolfo sigue siendo un referente de ética y compromiso, al menos para mí.

Este artículo que escribió a principios de los setenta sigue vigente en el fondo, aunque las nuevas tecnologías hayan cambiado el envoltorio, artículo que nos lleva a la reflexión para entender mejor el mundo que nos rodea y a veces nos atosiga.

 

 

Van pasando los años y seguimos pasando porque lo nuestro es pasar, como dijo el poeta. Tu ausencia (hoy cuatro años ya) se hace pesada aunque solo a ratos ,porque de vez en cuando me sumerjo en tus escritos y siento a través de ellos tu sonrisa y tu modestia cuando comentábamos algún tema de los que hace más de cuarenta años escribiste con la ilusión de la juventud, con la ilusión de poder cambiar las cosas, o al menos de intentarlo, sabiendo que el mundo gira a su bola y nada podemos cambiar en el fondo, solo informar ,denunciar ,apoyar a los más humildes como hiciste siempre sabiendo que solo el calor humano, el cariño y la esperanza  que suscitabas con tu apoyo a los abandonados a su suerte, era lo máximo que se podía ofrecer. Por eso y por muchas cosas más, siempre estaré orgulloso de ser tu primo, y seguiré conversando contigo de esta otra manera que el destino nos impuso. Por eso he querido recordar uno de los muchos artículos que escribiste allá por los años setenta, cuando la televisión comenzaba a encandilarnos con sus mensajes y sus imágenes encantadoras ,pero como bien analizaste ,no exentas de ideología para imponer, a la postre, la forma de vida que deberíamos copiar y hacernos soñar en una libertad condicionada. Félix

          

             “ El producto de la T.V es usted mismo”.

                                                                                                                                                                             

“Resulta que usted paga por algo que no ha elegido. Bien. ¿Y qué?

¿No es acaso éste el precio que exige la sociedad de
 
 consumo? Comprar lo que las empresas producen para
 
 satisfacer las necesidades que ellos nos han impuesto.
 
 ¿Complicado? No. Sumamente simple. Usted también es
 
 producto de la televisión.

-piensa como la televisión quiere que piense

-ama, como la televisión desea que usted ame

-odia, lo que la televisión se empeña en que usted odie

-rechaza, lo que la televisión programa para que usted rechace

-y aplaude con la intensidad que manda aplaudir la televisión.

 

¿Verdad que usted hace todo esto y sin embrago nunca le
 
 han colocado un frío revolver en el lado izquierdo de la nuca
 
para que beba Pepsicola, fume Vicerroy, vista Crilenka, viaje
 
 en Ford, escuche música en Nacional, se libere con los Blue
 
 Jeans y siga pensando todavía, TODAVIA, en los Beatles?
 
 Usted no puede quejarse porque todo se lo dan a mano.
 
Avon llama a la puerta de su casa, y usted, por supuesto, le
 
 abre. Si tiene dinero beba Old Parr. Y si no lo tiene, piense:”
 
 Eso es para los que tienen dinero.”

Porque, eso si, usted debe hacer las cosas con tal de que sean Old Parr.

 

LA IMAGEN TELEVISIVA ES UN PRODUCTO IDEOLOGICO.

 

La imagen es un producto. Pero más que un producto económico es un producto ideológico. Más que neveras, salchichas playas doradas, apartamentos al otro punto cardinal de su casa…van a venderle ideología. Con una regla de tres muy simple: que la ideología que usted compra la paga comprando también los productos.

En imágenes, usted compra todos los días un mundo:”el bueno.” Y usted rechaza todos los días otro mundo:”el malo.”

 Fundamentándose en hechos tan moralmente universales, la televisión le dice:”Quien roba es un ladrón.” Y usted no duda de esta verdad. Y entonces llegan las imágenes. Alguien robó en la empresa. Alguien robó en el Banco. Alguien robó en la Quinta del Barrio Rico. Y comienza la acción. Nuestro objetivo es perseguir a los ladrones. Son una amenaza para la sociedad. Es lícito matarlos. Es necesario matarlos. Hoy me robaron a mí. Mañana pueden robarle a usted. ¿Cierto? No. No es cierto, amigo. Hoy me robaron a mí porque yo tenía algo digno de ser robado. Mañana no le robarán a usted porque usted no tiene nada digno de ser robado. Usted vive en el barrio de los ladrones, en las afueras de las ciudades, en las afueras pobres de la s ciudades ricas, no en las afueras residenciales de las ciudades ricas. Y usted tendrá que odiar a los ladrones, vecinos suyos, compañeros suyos de liceo, si es que tuvieron oportunidad de ingresar en el liceo. Toda la policía del mundo es efectiva. No está corrompida. ¡Ja, ja, ja! Protege al inocente. ¡Ja, ja, ja! La policía es efectiva y da caza al ladrón. Ya lo tenemos en la pantalla. Cara desgarrada. Mal vestido. Mal comido. Con barbas y pelo al aire. Mal vestido. O bien. Según la sociedad en la cual el ladrón se desenvuelva. Pero nunca mejor vestido que aquel a quien ha robado. Ya lo tenemos ahí. Siempre había sido buscado por la policía. Desde que nació tenía antecedentes penales. Cuando le sacaron la fotografía y le pusieron un número debajo ya se sabía su destino: la cárcel. Ya hemos aprendido a odiarlo. Lo robado es devuelto a su dueño.

Justicia.

¿A su dueño?

Pues claro, a su dueño. Porque la imagen ha conseguido demostrarle que ese “buen hombre” con lujoso carro y lujoso traje, y lujosa quinta y lujosa señora, y lujoso color de cara, y lujosos cuadros en las paredes de sus

casas

casas

casas

ese buen hombre ha sido objeto del atentado de un criminal. Hay que deshacerse de él. Es justicia. Y la policía cumplió y restableció el orden. El “buen hombre” podrá seguir disfrutando de sus cuadros en sus casas, de su tranquilidad en sus playas, de sus lujosos trajes, de sus lujosas quintas, de su lujoso color de cara y de sus lujosas queridas. Se ha restablecido el orden.

Ya podemos seguir robando.”  (Adolfo Carreto)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                              

2 comentarios:

Manuel dijo...

Tú, Félix, has recordado a Adolfo. Yo también lo he recordado estos dias, sacando a la luz un nuevo tema de sus Castilla en el alma, que precisamente es el Convento de San Esteban (Dominicos), que este año se celebran los 800 años de los dominicos en el mundo. ¡Qué lástima! que ya se van acabando los temas que nos dejó como legado. Hay otras muchas muchas cosas que dejó escritas, como tu bien reflejas en tu entrada. Y libros.
Cuánto hubiera disfrutado él en este Rincón bloguero, con su blog y los nuestros. Comentando, etc. Qué juego hubiera dado y cuánto habríamos aprendido de él, con él.
Ayer precisamente, nos encontramos con su hermano Angel y Joaquina y también, no pudimos por menos que hablar de Adolfo y recordar estas fechas. D.E.P.

-Manolo-

Anónimo dijo...

Mi querido primo,Gracias ,como siempre me has emocionado,hemos recordado a Adolfo en este día como lo hacemos en muchísimos momentos, la verdad que es un mes para nosotros duro,porque en él se dieron muchas ausencias que han herido tremendamente nuestra vida,para mi fue un golpe muy fuerte el fallecimiento de mi hermano, y nuevamente en la misma fecha,zas otro hachazo...estoy de acuerdo con todo lo que dices, sus escritos siguen teniendo vigencia y la pluma le dió para tanto...yo he hecho un parón en el blog, espero después del verano volver a retomarlo.
No se si te dije que le había hecho un blog a Juan,te pongo el titulo por si quieres entrar , es EN UN CIELO INMENSO DE NUBES AMARILLAS NACE EL DOLOR, EL RECUERDO, LA ESPERANZA. Es cierto lo que dice Manolo hubiera disfrutado mucho en este rincón bloguero y nos habría aportado sin duda mucho.También mi agradecimiento a Manolo, le seguiremos recordando todos los que le queremos.Un beso primo
Sarito