17 enero 2017

La cabaña o el palacio rústico

En mi pueblo las llamamos cabañas, en Aldeadávila, casitas, y del otro lado del Duero, en Portugal, casonas. Se las conoce más comúnmente como “chozos de piedra”. Piedra sobre piedra, sin argamasa, piedra sobre piedra, desnuda, ajustada como corsé que ciñe el cuerpo con amor, porque con amor las levantó y dio forma esa mano anónima, manos callosas de labrador, manos de pastor, mano que las acarició una a una para darle consistencia pétrea.
Ahí están sobreviviendo al paso del tiempo, desafiando al crudo invierno de la meseta por estos lares de las Arribes del Duero y su entorno, ahora Parque Natural.

Hoy están tristes y abandonadas a su suerte porque se fueron sus visitantes a buscar otra vida mejor y, sin embargo, cuanto cariño procuraron dando cobijo a amores confesados o inconfesables.
Ellas guardan sus secretos: desde lágrimas de amores no correspondidos hasta alborozos para contentos inesperados, desde el fardo del contrabandista hasta sueños soñados en la soledad de una siesta o una noche pastoril.
Siempre dispuesta a ofrecer cobijo: que la escarcha congelaba hasta las piedras, ahí estaba al quite la cabaña con su lumbre: que venía una nube con pedrisco; ahí estaba la cabaña: que la ventisca y el aguacero arreciaban; ahí estaba ella: que abrasaba el sol del estío; ahí estaba la cabaña para que el labrador o el pastor comieran su merienda al fresco: que el viajero pedía una tregua en su largo caminar; ahí estaba la cabaña para ofrecerle asilo.
Con amor las levantaron y amor ofrecieron.
Así son las cabañas de La Zarza de Pumareda; mi pueblo.










 

 

 

4 comentarios:

Manuel dijo...

Magnífico tema monográfico, justo homenaje a nuestras CABAÑAS. Un legado de nuestra historia, trabajo de nuestros antepasados a respetar y conservar como se merece. Tú, Félix, ya lo estás haciendo. ¡BRAVO!
Contemplando las imágenes, todas sugieren comentarios. La primera, ese personaje que se acerca como preguntando ¿Hay alguien ahí?... ¿Quién está ahí?... Esas otras con fuego dentro esperando que bajen las llamas y el humo y quede el borrajo, en torno al cual, el personaje o personajes mitigarán los fríos. Siguiendo contemplando vemos que cada construcción se nos muestra distinta, como son distintas las portadas, alturas, remates, etc.
Me viene al pensamiento que un día de las fiestas de San Lorenzo, debiéramos de salir de paseo al campo en busca de la contemplación de algunas de estas cabañas, previo diseño de un itinerario, para admirar y contemplar de cerca estos pequeños grandes monumentos y que cada cual contara sus experiencias o historias que sus padres o abuelos le contaron etc., y dejar constancia fotográfica de ese paseo con los presentes en torno a cada cabaña visitada en distintos momentos. Podría ser un paseo y experiencia interesantes.
Habrá que proponérselo a la comisión de festejos del ayuntamiento. Si la idea fuera aceptada y se llevara a cabo, desde aquí propongo que fueras tú quien diseñara un recorrido.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Gracias Manolo, por la oferta. La arquitectura rural, la piedras, es una de mis obsesiones, porque es un legado que nos dejaron nuestros antepasados y a través de esas construcciones nos permite conocer mejor cómo fueron, sus ilusiones, sus anhelos, su tesón, su arte. Se puede y se debe conservar lo que aun no se ha destruido que no es poco. La Diputación debería implicarse. Recuerdo que un compañero de trabajo, cordobés, me dijo que en su comarca las construcciones rurales en piedra eran protegidas y se le pagaba de la forma establecida a quien restaurara una de esas cercas que se nos caen de puro viejas. Hay obras emblemáticas que debían estar protegidas. Me refiero a las cabañas, a esas portadas que llamamos cañizos, las fuentes llamadas pozairones. los pilares, tenemos algunos emblemáticos. Si, la piedra es nuestra historia y debemos poner de relieve su función histórica. Es una buena idea hacer un itinerario, también lo había pensado, pero entre lo que uno piensa y el caso que te hacen...,pero bueno, todo es empezar. Aquí tienes tema para la Gaceta "mi pueblo". Te dejo el trabajo si lo crees oportuno. tú te manejas mejor que yo en esos asuntos.
Un saludo
Félix

Luis dijo...

La Zarza Monumental, que no sabemos apreciar, y si cayera en otras manos y otros lares, sería conocida en el mundo entero, sin embargo, ahí está como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo sin saberla valorar en su justa dimensión
Como yo también soy uno de esos forofos de la piedra y la necesidad de proteger y conservar el legado recibido de los que nos precedieron, me gustaría que, sobre todo los monumentos de piedra de mi pueblo merezcan la atención que se merecen por parte de quien tiene las competencias para su conservación; si bien, en algunos casos con muy poco coste económico, pero con la atención debida, podría mejorar sustancialmente; pero como lo han citado los anteriores comentaristas, no está en mis manos ni en las suyas remediarlo, aunque sí, reclamarlo.
Gracias a Manolo con su Web, y a Félix con su cámara y su pluma que ya se ha vuelto a poner en forma, el resto de zarceños nos vemos halagados con la labor que ellos están llevando a cabo y les honra el esfuerzo realizado en beneficio se su-nuestro pueblo.
No sé, si sabremos agradecerle a ambos el trajo que realizan.
Por mi parte, tres ¡URRA! a los dos y un abrazo a cada uno.
Luis

Anónimo dijo...

Has sacado a flote todas las virtudes y dejado entrever la utilidad de estas casitas de piedra que se ven por nuestros campos. Pienso como Luis que esas casitas merecen un cuidado para que se mantengan. Un abrazo. Salva.