Hoy hace, querido primo, dos años que nos dejaste, pero para quienes compartimos tantos momentos inolvidables contigo, sigues con nosotros, de modo que vamos caminando juntos porque los recuerdos permanecen más vivos que nunca.Y seguiré hablando contigo de esa otra manera como prometido.
Hoy quiero estar contigo y vivir juntos uno de los días que le dedicaste, pues no dejaste de hacerlo, a las gentes más humildes, a los desahuciados, a los despreciados, a los olvidados por una sociedad avarienta que persigue el lujo y la opulencia pero solo para unos, para los que mandan que son los que más tienen, y cuyo lujo, como tu bien dices, es la causa de la pobreza y la miseria de los demás. Afincado en Caracas (Venezuela), tu nueva patria, ese día de 22 de noviembre de1975, con la ilusión y la juventud de tus treinta años, viajaste hasta Tacagua con tu equipo de periodista en ristre (cámara de fotos, grabadora etc.) para seguir fiel a tus principios en la defensa de la dignidad y los valores humanos y recoger el testimonio de un grupo de personas desalojadas de una zona que debía ser urbaniza y no precisamente para los pobres. Ellos, los pobres, fueron ubicados en un lugar de alto riesgo de deslizamientos por las lluvias, en unas barracas exiguas, con techos de latón, sin agua corriente, agua no potable que surtía con gusanos un camión cisterna,y no a diario, y que para beberla debían de hervirla mientras, para colmo, del cielo caía torrencialmente el agua que corría delante de las viviendas que acababa colándose en ellas encharcando el piso y formando mas abajo charcas inmundas donde proliferaban toda suerte de bichos que propiciaban un entorno nauseabundo .Ese era el nuevo barrio que les brindaron los gobernantes a cambio de su desalojo. Y tú llegaste allí para comprobar lo que se rumoreaba y para denunciar posteriormente tanto oprobio.
Al recibirte, los habitantes irritados y escaldados por tanto engaño, manifestaba con vehemencia su desconfianza en los periodistas:”los periodistas solo venís aquí para hacer un buen reportaje para beneficio propio y después nos olvidáis”, clamó uno de ellos. Tuviste que emplear mucho tacto y paciencia para persuadirlos de lo contrario. Y así quedó grabada tu entrevista en la cinta que luego transcribiste en este maravilloso libro que tengo entre mis manos y que titulaste:
Hoy quiero estar contigo y vivir juntos uno de los días que le dedicaste, pues no dejaste de hacerlo, a las gentes más humildes, a los desahuciados, a los despreciados, a los olvidados por una sociedad avarienta que persigue el lujo y la opulencia pero solo para unos, para los que mandan que son los que más tienen, y cuyo lujo, como tu bien dices, es la causa de la pobreza y la miseria de los demás. Afincado en Caracas (Venezuela), tu nueva patria, ese día de 22 de noviembre de1975, con la ilusión y la juventud de tus treinta años, viajaste hasta Tacagua con tu equipo de periodista en ristre (cámara de fotos, grabadora etc.) para seguir fiel a tus principios en la defensa de la dignidad y los valores humanos y recoger el testimonio de un grupo de personas desalojadas de una zona que debía ser urbaniza y no precisamente para los pobres. Ellos, los pobres, fueron ubicados en un lugar de alto riesgo de deslizamientos por las lluvias, en unas barracas exiguas, con techos de latón, sin agua corriente, agua no potable que surtía con gusanos un camión cisterna,y no a diario, y que para beberla debían de hervirla mientras, para colmo, del cielo caía torrencialmente el agua que corría delante de las viviendas que acababa colándose en ellas encharcando el piso y formando mas abajo charcas inmundas donde proliferaban toda suerte de bichos que propiciaban un entorno nauseabundo .Ese era el nuevo barrio que les brindaron los gobernantes a cambio de su desalojo. Y tú llegaste allí para comprobar lo que se rumoreaba y para denunciar posteriormente tanto oprobio.
Al recibirte, los habitantes irritados y escaldados por tanto engaño, manifestaba con vehemencia su desconfianza en los periodistas:”los periodistas solo venís aquí para hacer un buen reportaje para beneficio propio y después nos olvidáis”, clamó uno de ellos. Tuviste que emplear mucho tacto y paciencia para persuadirlos de lo contrario. Y así quedó grabada tu entrevista en la cinta que luego transcribiste en este maravilloso libro que tengo entre mis manos y que titulaste:
"El pecado de ser pobres"
:”(…)…Una ciudad con letras de abecedario. Cada barrio es un barrio es una terraza con su letra: A, B, C…
Por favor, señora. Buscamos la” Q” y la “P”
-¡Huy, señor! Ahora es que le falta. Siga no más bajandito, y cuando no pueda bajar más…allí es.
Allí era. Cuando ya no se puede bajar más. Cuando más abajo queda una torrentera que se hincha con las lluvias y se agrieta con el calor. Cuando los muchachos se adentran donde la tierra tiene boca, espinas y malaria. Y serpientes…
-Le picó una a un muchachito y se murió.
-¿Se murió?
-Se murió. No es un embuste, señor. Algunos han dicho que las serpientes llegan a la terraza. No es verdá, señor. No llegan. Solo llegó una y le sacamos una fotografía. La tiene el Paco.
-¿Una fotografía? ¿Ustedes tienen máquina de fotografía?
-Solo una. La tiene el Paco. No sé quien se la regaló.
El Paco tiene una máquina de fotografía. Tampoco yo sé quien se la regaló.
-Claro que no es tan bonita como la de usté. La de usté es de fotógrafo. La del Paco es de la baratas. Pero saca fotos bonitas… ¡Pacoooo! ¡Enséñale al señor la máquina!
-¡Qué máquina!
-¡La de fotos! Y tráete la foto de la serpiente.
-¡Ya va!
El Paco se metió allá, en su casita. El Paco vino de allá, de la ciudad.
-Vivíamos por cerca de la Cota Mil. Nos dijeron que aquello había que desalojarlo. Yo no sé pa qué seria. Pero a nosotros sí que nos desalojaron. Nos dijeron:
-Allá vivirán mejor. El gobierno democrático ha construido viviendas buenas para ustedes. Viviendas individuales, con baño y todo.
-Y nos vinimos pa´ca.Pero ya vé qué nos encontramos. Esto es diferente a lo que nos habían plantiado. Son barracas de zinc y de cartón. ¡Es una gran ciudad, señor! Ya verá, le enumeraré.
Y me enumeró:
1.”Barracas que tienen cuatro veinte por cinco treinta”
2”Hay un médico que trabaja de 8 a 12.Las personas tienen que enfermarse de 8 a 12, porque si no, bueno, nos tendremos que morir”.
3 “Tenemos un dispensario sin una curita. Un dispensario para atender a esta población de 20.000 habitantes. Un solo médico. Trabaja de 8 a 12. ¿Le parece bonito?
Me parece inhumano, Paco, pero déjame ahora que te diga los datos fríos. A la gente de la ciudad le gustan los datos fríos: dicen que es más científico.
-¿Usted lo publicará?
-Te lo juro que lo publicaré, Paco.
-¿Las fotografías que sacó también?
-También, Paco.
-No nos engañe, ¿oyó? No tenemos quien nos defienda. Usted tiene que hacer que la gente conozca esto, nos conozca. Nosotros seguiremos en la lucha. Y si la gente sabe que estamos así… bueno…bueno si algún día tenemos que bajar a la ciudad no se extrañarán.
-No les voy a engañar, Paco. ¡Te lo juro! Voy a publicar todo. Si me dejan, claro. Tú sabes que no nos dejan publicar todo.
-Pero ¿no dicen que hay libertad?
-Eso dicen…
-Claro, a ustedes les pasará como a nosotros. Si hay dinero hay libertad No no…te…
(…) Paco, escúchame… Yo cumpliré con mi periódico. Pero te juro que haré más. Te juro que diré todo, que alguien me ayudará para decir todo. Lo que yo no pueda decir en un periódico lo diré en un libro. Habrá gente que me ayudará. Hay gente buena también en la ciudad. (…) Siglos y siglos sigue el pobre sufriendo la explotación…Es posible que Paco sea el símbolo de la llegada a tope del aguante .Es posible que Paco se llame “Explosión”.Más adelante me diría una frase terriblemente trágica:
“Diga todo esto para que la gente lo sepa, para que cuando nos decidamos a echar el “resto”, la gente lo sepa”.
¡Decidirse a echar el resto! ¿Sabes lo que dices, Paco? ¿O a caso no lo sé yo?..”Echar el resto”.Toda aquella gente defendiéndose de lo poco que le quedaba: la desesperanza. Jugándose la vida a la última carta. Dios me perdone si me equivoco pero creo que tenéis razón, Paco.
El relato es largo y apasionante, en otro párrafo otro protagonista como Paco te dice:” Me gusta estudiar, pero no cualquier cosa; estudio la Constitución, los documentos del Presidente, los Decretos… no estudio en la Universidad porque no puedo. Pero sí quiero que esta gente, nosotros, podamos defendernos también con documentos.
Uno no sabe por qué, pero los que se gradúan terminan traicionando. Y si la gente estudia para olvidarse de los que sufren”.
Y concluyes a propósito de esta última frase:”Es la lección mas grande y más humana que he recibido en la vida. No creo que olvide jamás esto. Ahora, cuando redacto esta crónica, recuerdo la dedicatoria de la tesis de un compañero de graduación:”
“Para los campesinos, que me enseñaron más
y me cobraron menos que la Universidad”.
Creo que en este extracto de algunos pasajes de tu crónica queda reflejado el afán irrenunciable por ayudar a los olvidados, de ser la voz de los que no la tienen, de los que sufren .Por eso y por más cosas estoy orgulloso de nuestra familia porque tú has sido el estandarte y el ejemplo de la humildad y de la lucha pacifica a través de la palabra para reivindicar el derecho a vivir dignamente de las gentes oprimidas allí donde fuere. Por eso he querido acompañar este relato con una foto que coincide con aquel momento de tu juventud, junto con Sarito, tu querida hermana, y mis hermanos pequeños en uno de los días más felices de la infancia: el día de la Primera Comunión.
Hoy hace dos años que nos dejaste, pero no estoy triste, tampoco alegre, simplemente estoy sereno, en paz, porque seguimos caminando juntos, querido primo, querido Adolfo del alma. Félix.
:”(…)…Una ciudad con letras de abecedario. Cada barrio es un barrio es una terraza con su letra: A, B, C…
Por favor, señora. Buscamos la” Q” y la “P”
-¡Huy, señor! Ahora es que le falta. Siga no más bajandito, y cuando no pueda bajar más…allí es.
Allí era. Cuando ya no se puede bajar más. Cuando más abajo queda una torrentera que se hincha con las lluvias y se agrieta con el calor. Cuando los muchachos se adentran donde la tierra tiene boca, espinas y malaria. Y serpientes…
-Le picó una a un muchachito y se murió.
-¿Se murió?
-Se murió. No es un embuste, señor. Algunos han dicho que las serpientes llegan a la terraza. No es verdá, señor. No llegan. Solo llegó una y le sacamos una fotografía. La tiene el Paco.
-¿Una fotografía? ¿Ustedes tienen máquina de fotografía?
-Solo una. La tiene el Paco. No sé quien se la regaló.
El Paco tiene una máquina de fotografía. Tampoco yo sé quien se la regaló.
-Claro que no es tan bonita como la de usté. La de usté es de fotógrafo. La del Paco es de la baratas. Pero saca fotos bonitas… ¡Pacoooo! ¡Enséñale al señor la máquina!
-¡Qué máquina!
-¡La de fotos! Y tráete la foto de la serpiente.
-¡Ya va!
El Paco se metió allá, en su casita. El Paco vino de allá, de la ciudad.
-Vivíamos por cerca de la Cota Mil. Nos dijeron que aquello había que desalojarlo. Yo no sé pa qué seria. Pero a nosotros sí que nos desalojaron. Nos dijeron:
-Allá vivirán mejor. El gobierno democrático ha construido viviendas buenas para ustedes. Viviendas individuales, con baño y todo.
-Y nos vinimos pa´ca.Pero ya vé qué nos encontramos. Esto es diferente a lo que nos habían plantiado. Son barracas de zinc y de cartón. ¡Es una gran ciudad, señor! Ya verá, le enumeraré.
Y me enumeró:
1.”Barracas que tienen cuatro veinte por cinco treinta”
2”Hay un médico que trabaja de 8 a 12.Las personas tienen que enfermarse de 8 a 12, porque si no, bueno, nos tendremos que morir”.
3 “Tenemos un dispensario sin una curita. Un dispensario para atender a esta población de 20.000 habitantes. Un solo médico. Trabaja de 8 a 12. ¿Le parece bonito?
Me parece inhumano, Paco, pero déjame ahora que te diga los datos fríos. A la gente de la ciudad le gustan los datos fríos: dicen que es más científico.
-¿Usted lo publicará?
-Te lo juro que lo publicaré, Paco.
-¿Las fotografías que sacó también?
-También, Paco.
-No nos engañe, ¿oyó? No tenemos quien nos defienda. Usted tiene que hacer que la gente conozca esto, nos conozca. Nosotros seguiremos en la lucha. Y si la gente sabe que estamos así… bueno…bueno si algún día tenemos que bajar a la ciudad no se extrañarán.
-No les voy a engañar, Paco. ¡Te lo juro! Voy a publicar todo. Si me dejan, claro. Tú sabes que no nos dejan publicar todo.
-Pero ¿no dicen que hay libertad?
-Eso dicen…
-Claro, a ustedes les pasará como a nosotros. Si hay dinero hay libertad No no…te…
(…) Paco, escúchame… Yo cumpliré con mi periódico. Pero te juro que haré más. Te juro que diré todo, que alguien me ayudará para decir todo. Lo que yo no pueda decir en un periódico lo diré en un libro. Habrá gente que me ayudará. Hay gente buena también en la ciudad. (…) Siglos y siglos sigue el pobre sufriendo la explotación…Es posible que Paco sea el símbolo de la llegada a tope del aguante .Es posible que Paco se llame “Explosión”.Más adelante me diría una frase terriblemente trágica:
“Diga todo esto para que la gente lo sepa, para que cuando nos decidamos a echar el “resto”, la gente lo sepa”.
¡Decidirse a echar el resto! ¿Sabes lo que dices, Paco? ¿O a caso no lo sé yo?..”Echar el resto”.Toda aquella gente defendiéndose de lo poco que le quedaba: la desesperanza. Jugándose la vida a la última carta. Dios me perdone si me equivoco pero creo que tenéis razón, Paco.
El relato es largo y apasionante, en otro párrafo otro protagonista como Paco te dice:” Me gusta estudiar, pero no cualquier cosa; estudio la Constitución, los documentos del Presidente, los Decretos… no estudio en la Universidad porque no puedo. Pero sí quiero que esta gente, nosotros, podamos defendernos también con documentos.
Uno no sabe por qué, pero los que se gradúan terminan traicionando. Y si la gente estudia para olvidarse de los que sufren”.
Y concluyes a propósito de esta última frase:”Es la lección mas grande y más humana que he recibido en la vida. No creo que olvide jamás esto. Ahora, cuando redacto esta crónica, recuerdo la dedicatoria de la tesis de un compañero de graduación:”
“Para los campesinos, que me enseñaron más
y me cobraron menos que la Universidad”.
Creo que en este extracto de algunos pasajes de tu crónica queda reflejado el afán irrenunciable por ayudar a los olvidados, de ser la voz de los que no la tienen, de los que sufren .Por eso y por más cosas estoy orgulloso de nuestra familia porque tú has sido el estandarte y el ejemplo de la humildad y de la lucha pacifica a través de la palabra para reivindicar el derecho a vivir dignamente de las gentes oprimidas allí donde fuere. Por eso he querido acompañar este relato con una foto que coincide con aquel momento de tu juventud, junto con Sarito, tu querida hermana, y mis hermanos pequeños en uno de los días más felices de la infancia: el día de la Primera Comunión.
Hoy hace dos años que nos dejaste, pero no estoy triste, tampoco alegre, simplemente estoy sereno, en paz, porque seguimos caminando juntos, querido primo, querido Adolfo del alma. Félix.
5 comentarios:
Sí,querido primo, sabía que hoy tu recuerdo plasmado en un hermoso texto estaría ahí,porque se de tu cariño y admiración hacia tu primo, como me costa que él lo tenía hacia tí.HOY para mi es un día,tengo que decirlo triste, aunque lleno de Esperanza, quisiera decir y escribir muchas cosas, pero hoy me es dificil,agradecerte tu recuerdo constante de Adolfo y a seguir teniéndole vivo entre nosotros,gracias querido primo.
De esa foto, no tenía ni idea.
Rosario Carreto.
Gracias, Rosario.Sabes bien que Adolfo era para mi el modelo al que me gustaria parecerme,y sin duda en algo nos pareceremos porque no en vano llevamos la misma sangre.Aunque cada cual hayamos recorrido caminos distintos con formaciones distintas, convergemos en lo sustancial. Adolfo ha sido la sencillez en lo mas puro y tuvo la grandeza de permanecer fiel a sus origenes conservando el profundo amor a la familia y reivindicando el orgullo de pertenecer a los Carretos ;ideal que con mucho cariño y gran sabiduria nos inculcó nuestro abuelo Angel, por quien Adolfo sentia una gran admiración,lo mismo que yo ,y que ha sido el refernete de nuestra familia. Un abrazo.Félix.
Saludos
-Manolo-
A todos nos gustaria tener un primo como tu. Para que haga perpetuo el recuerdo en nuestra ausencia y por la fortuna de tener un primo como Adolfo.
A buen seguro que donde esté, allá donde decansan los auténticos, los que avanzaron por la vida por el sendero de su conciencia, sin desviarse de sus principios. En ese lugar Adolfo sonreirá plácidamente porque su obra es el buque insignia de aquellos que le conocieron, y tal vez esas alusiones constantes que tu haces de él sea su más glorioso premio. Un abrazo, Salva.
Gracias,Salva.Si hubieras conocido a Adolfo hubierais disfrutado los dos,pues sé que tú compartes los mismos principios y lo aplicas a tu manera ,que es tambien permaneciendo en el anonimato,pues como reza en algun lugar:"Obras son amores..."O los unos por los otros".Creo que esa es la verdadera fraternidad.Un abrazo .Félix
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