13 febrero 2011

El mundo moderno y feliz

Desempolvando unos papeles me topé con este relato escrito en 2004 y pensé que quizás alguien disfrutaría leyéndolo por eso le doy salida.
Refleja la situación de un momento, cuando la burbuja inmobiliaria estaba bien, bien hinchadita y soñábamos que éramos ricos:”España va bien”, pregonó Aznar;”estamos en la Champion Ligue”, afirmó Zapatero, y hoy todos sabemos donde estamos de verdad, aunque algunos aun no se han enterado, o no quieren.


EL MUNDO MODERNO Y FELIZ

Al atardecer, después de una jornada de trabajo, cuando el calor va menguando, aprovecho para saciar mi curiosidad por las calles de Madrid, donde los rótulos publicitarios te solicitan a cada paso: entre, pase, vea, compare, infórmese; tenemos todo para que usted permanezca joven y bella, anuncia una cinta electrónica que desfila en la fachada de uno de esos centros de la cultura y estética corporales. La televisión también se hace eco de las últimas técnicas; periódicos y radio ofrecen abundante información al respecto.
Si usted ha nacido fea, no se preocupe, nosotros modificamos lo que desee. La publicidad nos invade, nos persigue y nos convence; siempre alguien se deja seducir. No se resigne, por dinero que no sea, le ofrecemos créditos baratos, usted pone los plazos si es necesario pero ocúpese de su belleza. Es muy importante, la imagen lo es todo. Nuestro mundo es imagen. Ha comenzado la feria de la estética y la belleza. Mundo maravilloso el nuestro: Occidente, riqueza, libertad, belleza, ocio, bienestar, moda, vacaciones, Punta Cana, Riviera Maya, Honolulu, La Cochinchina. No sea esclavo de su trabajo, ¡hombre! ¡señora! únase a nuestra cultura occidental y alcanzará el paraíso soñado. Riqueza, progreso, felicidad le espera a usted. Así el mundo gira en su frenesí en pos de la felicidad prometida a base de eslóganes publicitarios, rótulos luminosos que alegran las noches vacías mientras el sol descansa. ¿Usted tiene cubiertas las necesidades básicas?, no se detenga, mírese al espejo y exíjale a su cuerpo lo que la naturaleza le negó. Para usted tenemos la solución adecuada; bronceado rápido, lifting personalizado, liposucción, lipoescultura.Le modificamos las orejas, la nariz, las paperas; la silicona armonizará su rostro, hinchará sus labios y sus senos a voluntad; le reducimos el vientre, los glúteos y al final usted saldrá con un cuerpo escultural. Será feliz y, sobre todo, la envidia de los demás con los rasgos perfectos y equilibrados. Usted, señora ¿no está conforme con su silueta? Cualquiera que sea su tipo: de reloj de arena, de manzana, de pera, o en tubo, tiene un tratamiento adaptado a sus características. El gimnasio le espera para moldear la curva entre el trasero y los muslos, para trabajar los músculos de la espalda y los abdominales.
Si su tipo es el de“tubo”, hay que desarrollar los hombro, el trasero, moldear la cintura y tonificamos los brazos. Si es el de “pera”, desarrollaremos los hombros, reduciremos la grasa en los muslos, caderas y trasero. Si es el de “manzana”, debemos tonificar el vientre, los brazos y el pecho y reducir la grasa alrededor de la cintura. Usted será al final la manzana tan codiciada del paraíso. Pero además, si usted no está conforme con su peso, no sufra, hay dietas especificas para adelgazar sin dejar de comer. ¿Su problema es de celulitis, más conocida como piel de naranja?, el médico lo solucionará inyectándole en sesiones de 15 a 30 minutos, una substancia que disuelve las grasas localizadas en puntos bien concretos. Si tiene exceso de grasa, por 1300 euros, le recomendamos en este caso la liposucción o la neumática o la lipo-estar.
Le proponemos una mirada a su medida con máscaras de maquillaje, añadimos unas pestañas largas, curvadas, en abanico, absolutamente extravagantes y espectaculares, consiguiendo una mirada glamorosa y seductora.
Usted, señor, se ve demasiado obeso y es incapaz de seguir una dieta, le reducimos el estómago y podrá seguir degustando los manjares de la naturaleza. Todo es posible. Los países ricos, los del primer mundo, ofrecen riqueza, libertad, independencia, progreso y felicidad a raudales. El resto de países, los del tercer mundo se aferran por seguir este modelo y unirse así a este mundo feliz. Y en esta frenética carrera se cruzan en todos los sentidos aviones, barcos, trenes, automóviles cargados de personas llenas de sueños, que transitan como una mercancía que se compra y se vende. Es el mercado libre. Todo se compra y se vende. Se compra y se vende belleza, felicidad, opiniones, cultura, voluntades, silencios, órganos humanos, niños errantes, armas destructivas, sicarios, sexo, y gobernantes. Y en esta vorágine, una patera cargada de jóvenes, cargados ellos de sueños surca los mares que les pondrá a salvo en una orilla de esa tierra prometida: España, Europa. Pero esta vez no hubo suerte, la barca fue violentada contra un arrecife y sus ocupantes intentaronn ponerse a salvo entre las gélidas aguas. Algunos murieron sin haber conseguido saciar su estómago en este paraíso soñado. Ese mismo día muere una persona sometida a una reducción de estómago para no engordar. Terrible paradoja. Los naufragios se suceden y el mar cobra sus vidas. También son numerosas las victimas mortales del otro naufragio; el naufragio del quirófano de estética. Unos y otos son las victimas y el producto de dos mundos opuestos. El primer mundo corre sin tregua tras la felicidad prometida donde el dinero lo alcanza todo, también la belleza.
Y el mundo sigue girando. Sueños desmesurados del primer mundo; sueños legítimos del tercero que se mira en el espejo del primero que sigue contribuyendo para que el tercero no sea el primero y así ocupar cada cual el “orden” preestablecido. La maquinaria está perfectamente engrasada y no detendrá su ritmo frenético marcado por el primer mundo. ¿Que usted sufre de insomnio? no se preocupe, unos comprimidos maravillosos le devolverán el sueño.¿Usted sufre de crisis de autoestima, de inseguridad; un psiquiatra le sacara de dudas y le devolverá el placer de vivir. Todo está previsto para su felicidad y para que todo gire en un orden: medicamentos, médicos, psiquiatras, psicólogos, policía, juez, carcelero, escolta, armas de defensa personal. Vivimos en un mundo moderno, feliz. Es el progreso. Es el primer mundo.
Otro modelo al que llamamos primitivo, vive allá en las antípodas, y a veces no tan lejos, donde no llega la televisión, ni los spots publicitarios. Viven sin quirófanos, sin médicos, sin psiquiatras, sin policía, sin jueces, sin cárceles, a veces perseguidos y liquidados como objeto de recreo, o casi, por los supercivilizados del primer mundo. Dejémoslos que sigan viviendo en paz con su belleza natural al ritmo de la madre naturaleza. Ellos son sin duda felices así, mientras nosotros perseguimos la felicidad a base de talonario. No sé, pero en esto de la carrera por la felicidad me da que los primitivos somos nosotros. Félix
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2 comentarios:

Manuel dijo...

Saludos,
-Manolo-

Anónimo dijo...

Hola Félix, si hubiese que extraer una idea central de tu relato, bien pudiera ser: Poderoso don dinero.
Como bien dices se compran cuerpos casi perfectos, voluntades, principios, silencios, etc.
Sin embargo, dudo mucho que se puedan comprar cerebros, porque si así fuera, imaginate el panorama: pobres y tontos.
Si la gente es feliz hinchándose los labios o cualquier otra parte de su anatomía, que lo haga.
Ahora bien, hasta dónde hemos llegado a parar para que la imagen sea un imperativo de nuestra sociedad.Un abrazo, Salva.