28 abril 2012

Portal primaveral

Este portal abandonado, triste y solitario, no lo es tanto, porque la semilla de  esta planta en flor, después de rodar y rodar eligió este lugar, no por casualidad. Porque este portal orientado al mediodía la resguarda  de los vientos fríos al despedirse el invierno, y le proporciona el sol y la temperatura ideal para desarrollarse en la primavera incipiente, al tiempo que la protege del ajetreo  cotidiano de animales y vehículos. Es un portal sencillo, como se ve. Levantado piedra a piedra; tosca y humilde piedra de labrador humilde. Y este portal vio entrar y salir al labrador en pos del alimento. También cuando la enfermedad entró en casa, aunque fuera efímera su visita, vio pasar al médico .Los hijos fueron creciendo y jugando en este portal; al sol los días de invierno, a la sombra en verano, mientras algunos dormía la siesta. La madre y esposa aprovechaba  el sosiego de este lugar para remendar la ropa, tejer sus prendas de lana y quizás también leer el breviario porque la vida espiritual también tenía cabida en este portal. Después llegaría el día  más soñado, tanto para los padres como para los chiquillos: el día de la Primera Comunión. Y de nuevo el portal llenaría de gozo a sus moradores, cuando los niños vestidos de marinero él, largo vestido blanco nácar ella, destellantes  los zapatos de charol y portando crucifijo y rosario, posaban para inmortalizar el momento. En ese día, el fotógrafo llegado en su moto con el laboratorio ambulante, era el personaje mas admirado por los chavales, porque tras colocar su trípode e  introducir la cabeza en una especie de caja cuadrada, oscura y cubierta con un paño negro, a los pocos minutos, como por encanto, mostraba las fotos que se guardarían como un auténtico tesoro, en la entrada de casa, en  el cuarto de estar o en el dormitorio. La vida fluía tranquila en este portal como compañero de destino de toda la familia .Pero el ciclo vital pondría fin a quien con  tanto cariño construyo  este rincón. Los hijos marcharían a la ciudad en pos de un destino mejor y el portal se quedó entonces triste y abandonado. Pero cuando llega la primavera, una planta se empeña en adornar este lugar, y florece, y con ella florece la ilusión de criar los hijos con el mayor regalo, y de verlos crecer, y florecen las tertulias  de las señoras mientras remendaban o tejían, y florece el día de la Primera Comunión, y florece el sueño  de ser felices a fuerza de sacrificio, y   la satisfacción de los padres de ver su sueño cumplido. Por eso este portal siempre estará lleno de vida, mientras haya una planta que ofrezca el  candor  y el aroma de sus flores que es lo mismo que ofrecer amor. Por eso este portal florece cada  primavera.  Félix.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito relato, y como plasmas la realidad de cuando en ese portal y tantos otros, en ellos había vida, hoy como tú dices, solo le dan vida las plantas que asoman por la primavera.
Saludos Cari.

Anónimo dijo...

De nuevo, Félix, "una vez más", toca la fibra de la más profunda sensibilidad del ser humano; de esos sentimientos que se alojan en el lugar más recóndito de nuestro fuero interno.
Con su relato, "una vez más" nos hace vivir en el pasado reciente de nuestra historia presente, de esa historia que habiéndola dejado atrás, nos acompaña para recordarnos que, cualquier rincón otoñal, se puede convertir en florida primavera mirándolo con los ojos del optimista Félix que los retrata con su mirada.
Si me permites, Félix: Yo te pido "una vez más"...., nos vendrá bien a todos. Gracias.
Saludos. Luis.

Anónimo dijo...

Muchas puertas parecidas a esta, muchos rincones como el que ha escogido Felix para su relato, hemos conocido alegremente habitados. Sitios como este nos trae recuerdos de la infancia y con nostalgia vemos cada vez mas casas cerradas, abandonadas y tejados hundidos.
(Paco)

Manuel dijo...

"Este portal abandonado, triste y solitario, no lo es tanto, porque..."
Porque Félix lo visita, conversa con él, sus piedras le hablan, le cuentan sus momentos de gloria vividos, de dias felices, de días tristes (nublados y de sol). Lo perpetúa con su cámara por si un dia cualquiera se viene abajo y ya maltrecho será dificil conversar con él y sacarle apenas un recuerdo.
Sigue, Félix, recuperando estas joyas del pasado, porque cada día van quedando en pie las menos.

-Manolo-

Anónimo dijo...

Desgraciadamente,como decis,estos rincones,más pronto que tarde desaparecerán y con ellos la historia de toda una época.Este portal o cobertizo es un exponente tipico de nustra zona,refugio del campesino humilde.Es casi calcado al que disfruté en mi infancia en la casa que ya ha sido demolida.Habia además un poyo donde jugaban las chicas con sus muñecas o jugabamos al parchis mientras llovia o refugiados a la sobra en el verano.Como sabemos los de nuestra generación,los chavales solo estrabamos en casa para comer y dormir,el resto lo viviamos en la calle.Era otra forma de vivir plenamente feliz sin ordenador ni tele ni movil.Félix

Anónimo dijo...

Por fin,tengo la dicha de volver a tu blog para poder gozar con la lectura de tus relatos,pues mi protatil dijo que ya no funcionaba más i así fue, así que entre este percance, los viajes y demás he pillado unas vacaciones bien largas sin poder tener acceso a él,
la verdad que ya tenia ganas de volver a ler tu relatos y el ¨ potal primaveral" te recrea el alma y alimenta los sentimientos, ya tengo ganas de tener entre mis manos un libro donde pueda volver a releer pausadanente, pero esto esta en tus manos, yo seguiré esperando que esto llegue.
Un abrazo Rosario .