05 mayo 2012

El tema del día


Esta mañana de sábado me he acercado a comprar el pan en una tienda al lado de mi casa, muy concurrida porque sus productos, también de pastelería, son de  muy buena calidad. Me pongo a la cola y el señor que está detrás, de unos setenta años me toca en el brazo, sin duda porque tenia ganas de charlar con alguien y me dice:” en mi pueblo...Le corto enseguida para preguntarle de qué pueblo es. De Valverde de la Vera, provincia de Cáceres. Buena tierra, le digo….” Bueno, como le decía, en mi pueblo los labradores sufrían cuando había sequía o algún contratiempo climatológico porque temían por la cosecha, por el trigo, sobre todo, porque si no había trigo no había pan. Y mire usted, ahora cuando veo tanto surtido de pan de mil formas en las estanterías yo me digo, de donde viene tanta harina, porque con sequía o sin ella el pan no falta. ¡Que tiempos aquellos, cuanta miseria! ,dijo con tristeza como si estuviera viviéndolo. A mi lo del campo, sequia o no, apenas me afectaba porque era zapatero. Ahora veo que sobran zapatos por todos lados. 
-Pero aquella materia prima con que hacia los zapatos, era de excelente calidad, no como ahora que mucha es derivada del petróleo, le digo. Mucha cantidad pero calidad no tanta, añado.
-Tiene usted razón. Yo compraba la goma y el cuero y tenia cuatro empleados, o sea que trabajo no faltaba. Pero el dinero no circulaba y muchos tuvieron que emigrar a Alemania y a otros lugares, yo mismo me vine a Madrid.
-¿Y por qué se vino si tenia mucho trabajo?
-Mire usted, porque la gente pagaba a plazos, pagaba mal .Hice muchos botos camperos, de todo y tardaba en cobrar, y mientras tanto tenía que comprar el material para trabajar. Nada, una miseria, todo. Mire, muchos se marcharon a Alemania y me dejaron a deber setecientas pesetas, otro más, otros menos. Lo que estoy esperando es que después de regresar de vacaciones estos emigrantes, que muchos ya han jubilado y están en el pueblo me digan:”Joaquín, toma las setecientas pesetas que te dejé de deuda”.Nada, para eso nadie aparece. ¡Que las setecientas de entonces son unos miles de ahora! Pero ni una perra chica volví a ver.
Me quedo pensativo, y le digo: Joaquín, han pasado cincuenta años largos de  aquella, ¿verdad? Y mire usted, seguimos en la misma. Hay miles de españoles que vuelven a Alemania y miles  de cara duras que no pagan las deudas, ni las empresas públicas ,ni privadas ,y muchos pierden los negocios y sus ahorritos y están al verlas venir. Que ahora tiene más delito, porque entonces se debía por pura supervivencia, pero ahora es por pura avaricia ¿Que le parece ,Joaquín?
Se queda pensativo y me dice: ¡Cuantas cosas tiene uno que ver  en este mundacho!               Félix.                                                                                                        



1 comentario:

Anónimo dijo...

El zapatero Joaquín, es el vivo caballero andante de nuestra época que almacena en su memoria miles de recuerdos que nos son afines a cualquiera de nosotros; de aquellos que vivimos la época a la que el buen hombre hace referencia, a la época del pan, pan, heco con enjundia profesional para que ahora nosotros podamos sentir nostalgia de él y lo comparemos con el actual, (aunque las comparaciones sean odiosas), pero, lo cierto es que hay una considerable diferencia; si bien es cierto que ahora, también hay muy buen pan, pero, además de caro escasea el de calidad.
Lo que dice el refranero, que, de donde menos lo esperas salta la liebre, qué cierto és. ¿Quién le iba a decir a Félix que en la cola de la panadería se iba a encontrar con un erudito contemporáneo suyo que le inspiraría con su comentario la escritura de tan grato artículo? ¿Para que luego digan que no hay pan de calidad?. Gracias al pan nos ha obsequiado Félix, con un ameno comentario ilustrativo de la más rabiosa actualidad. Tanto en lo referente a las deudas, como al pan.
Saludos Luis