22 junio 2012

Recordando a mi primo Adolfo


Van pasando los años y seguimos pasando porque lo nuestro es pasar, como dijo el poeta. Tu ausencia (hoy cuatro años ya) se hace pesada aunque solo a ratos ,porque de vez en cuando me sumerjo en tus escritos y siento a través de ellos tu sonrisa y tu modestia cuando comentábamos algún tema de los que hace más de cuarenta años escribiste con la ilusión de la juventud, con la ilusión de poder cambiar las cosas, o al menos de intentarlo, sabiendo que el mundo gira a su bola y nada podemos cambiar en el fondo, solo informar ,denunciar ,apoyar a los más humildes como hiciste siempre sabiendo que solo el calor humano, el cariño y la esperanza  que suscitabas con tu apoyo a los abandonados a su suerte, era lo máximo que se podía ofrecer. Por eso y por muchas cosas más, siempre estaré orgulloso de ser tu primo, y seguiré conversando contigo de esta otra manera que el destino nos impuso. Por eso,  en este día, he querido recordar uno de los muchos artículos que escribiste allá por los años setenta, cuando la televisión comenzaba a encandilarnos con sus mensajes y sus imágenes encantadoras ,pero como bien analizaste ,no exentas de ideología para imponer, a la postre, la forma de vida que deberíamos copiar y hacernos soñar en una libertad condicionada. Félix. 
           
             “ El producto de la T.V es usted mismo.
                                                                                                                                                                              
Resulta que usted paga por algo que no ha elegido. Bien. ¿Y qué?
¿No es acaso éste el precio que exige la sociedad de consumo? Comprar lo que las empresas producen para satisfacer las necesidades que ellos nos han impuesto. ¿Complicado? No. Sumamente simple. Usted también es producto de la televisión.


-piensa como la televisión quiere que piense


-ama, como la televisión desea que usted ame 


-odia, lo que la televisión se empeña en que usted odie


-rechaza, lo que la televisión programa para que usted rechace


-y aplaude con la intensidad que manda aplaudir la televisión.


¿Verdad que usted hace todo esto y sin embrago nunca le han colocado un frío revolver en el lado izquierdo de la nuca para que beba Pepsicola, fume Vicerroy, vista Crilenka, viaje en Ford, escuche música en Nacional, se libere con los Blue Jeans y siga pensando todavía, TODAVIA, en los Beatles? Usted no puede quejarse porque todo se lo dan a mano. Avon llama a la puerta de su casa, y usted, por supuesto, le abre. Si tiene dinero beba Old Parr. Y si no lo tiene, piense:” Eso es para los que tienen dinero.”
Porque, eso si, usted debe hacer las cosas con tal de que sean Old Parr.


LA IMAGEN TELEVISIVA ES UN PRODUCTO IDEOLOGICO.


La imagen es un producto. Pero más que un producto económico es un producto ideológico. Más que neveras, salchichas playas doradas, apartamentos al otro punto cardinal de su casa…van a venderle ideología. Con una regla de tres muy simple: que la ideología que usted compra la paga comprando también los productos.
En imágenes, usted compra todos los días un mundo:”el bueno.” Y usted rechaza todos los días otro mundo:”el malo.”
 Fundamentándose en hechos tan moralmente universales, la televisión le dice:”Quien roba es un ladrón.” Y usted no duda de esta verdad. Y entonces llegan las imágenes. Alguien robó en la empresa. Alguien robó en el Banco. Alguien robó en la Quinta del Barrio Rico. Y comienza la acción. Nuestro objetivo es perseguir a los ladrones. Son una amenaza para la sociedad. Es lícito matarlos. Es necesario matarlos. Hoy me robaron a mí. Mañana pueden robarle a usted. ¿Cierto? No. No es cierto, amigo. Hoy me robaron a mí porque yo tenía ago digno de ser robado. Mañana no le robarán a usted porque usted no tiene nada digno de ser robado. Usted vive en el barrio de los ladrones, en las afueras de las ciudades, en las afueras pobres de la s ciudades ricas, no en las afueras residenciales de las ciudades ricas. Y usted tendrá que odiar a los ladrones, vecinos suyos, compañeros suyos de liceo, si es que tuvieron oportunidad de ingresar en el liceo. Toda la policía del mundo es efectiva. No está corrompida. ¡Ja, ja, ja! Protege al inocente. ¡Ja, ja, ja! La policía es efectiva y da caza al ladrón. Ya lo tenemos en la pantalla. Cara desgarrada. Mal vestido. Mal comido. Con barbas y pelo al aire. Mal vestido. O bien. Según la sociedad en la cual el ladrón se desenvuelva. Pero nunca mejor vestido que aquel a quien ha robado. Ya lo tenemos ahí. Siempre había sido buscado por la policía. Desde que nació tenía antecedentes penales. Cuando le sacaron la fotografía y le pusieron un número debajo ya se sabía su destino: la cárcel. Ya hemos aprendido a odiarlo. Lo robado es devuelto a su dueño.
Justicia.
¿A su dueño?
Pues claro, a su dueño. Porque la imagen ha conseguido demostrarle que ese “buen hombre” con lujoso carro y lujoso traje, y lujosa quinta y lujosa señora, y lijoso color de cara, y lujosos cuadros en las paredes de sus 
casas
casas
casas
ese buen hombre ha sido objeto del atentado de un criminal. Hay que deshacerse de él. Es justicia. Y la policía cumplió y restableció el orden. El “buen hombre” podrá seguir disfrutando de sus cuadros en sus casas, de su tranquilidad en sus playas, de sus lujosos trajes, de sus lujosas quintas, de su lujoso color de cara y de sus lujosas queridas. Se ha restablecido el orden.
Ya podemos seguir robando.”  (Adolfo Carreto)


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Las incomparables reflexiones de Adolfo no tienen par y sería bueno que fuesen motivo de análisis y difusión en los colegios, para que desde la infancia los niños fuesen aprendiendo a ver la realidad y a y medirla en su justa dimensión. ¡Lástima que sólo haya habido un Adolfo...! Otro gallo nos cantaría.
Félix, haces bien en recordar el paso, no sólo de tu primo, que es una suerte, sino el paso de este gran hombre cuyo recuerdo, esperemos que permanezca indeleble eternamente en bien de todos, además de un orgullo para su pueblo natal y compueblanos.
Un abrazo, félix.
Luis

Manuel dijo...

Fué una lástima su pérdida, tan joven y a punto de jubilarse.
Yo le esperaba con un blog y contraseña a falta solo del título que quisiera él darle para que a su aire, sin compromiso, nos fuera regalando, aunque fuera de tarde en tarde algunas líneas, unas palabras, de las muchas que le quedaban, pero no pudo ser. ¿Os imagináis a Adolfo, aquí en este "rincón bloguero zarceño" entre nosotros con su blog, sus comentarios?...
El dia de su aniversario, dejé un tema más de su Castilla en el alma, donde voy añadiendo, poco a poco, distanciándolos, para no agotarlos. Cuando se acaben, recurriremos a su hermana Charo que atesora material, para nosotros aún inédito.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Es cierto que ha sido una lástima no poder disfrutar de sus artículos y comentarios con esa forma tan natural y simple que tenia para contarlos.Nos ha dejado mucho,pero qué duda cabe que hubiera disfrutado con el blog, y hubiera aportado mucho plasmando con su aguda visión el mudo que nos rodea. Félix.

Anónimo dijo...

Creo que para Adolfo ya se han vertido los mejores calificativos que, como magnífico escritor, él habría elegido.
Y estará satisfecho porque sus escritos siguen vigentes.
Tiene un modo de expresarse que nos recuerda y hace ver entre líneas que no siempre lo que nos muestran es la auténtica verdad.
Se nota muy bien a de que parte estaba.
Tiene una fina ironia y una elegancia en desnudar la verdad que otros quieren ocultar.
Muy bueno, como todo lo que he leído de él. Un abrazo. Salva.

Anónimo dijo...

Felix ,como cada año sabía que tu recordarias ese 22 de Junio, dia de la partida de Adolfo, yo estaba en Tolox en un balneario y no tenía internet, ahora estoy tambien fuera de casa y he podido conectar, como siempre agradecerte tus palabras y la de todos los que han comentado tu texto, el suyo, Luis, Manolo Salva... que sin conocerlo se NOTA SU APRECIO,Ya os enviaré el power point que yo le he hecho.Un abrazo
para tí y saludos para todos.
Tu prima Rosario carreto