11 junio 2011

Buscando morada

Érase una pareja de cigüeñas que el año pasado se criaron en lo alto de la espadaña de la iglesia de la Zarza de Pumareda. Sus abuelos les contaron que hubo un tiempo atrás, aun cercano, bastante revuelto; que las quisieron echar de allí; que hubo partidarios también a favor de que se quedaran y que fue tal el revuelo que hasta la televisión se hizo eco y fueron protagonistas sin quererlo. Se empecinaron en preservar la morada a pesar de estar destruida cuando volvieron de sus largas vacaciones, y con el visto bueno de algunos vecinos ,poco a poco la reconstruyeron y son ya tres generaciones las que gozan de la cedula de nacimiento, y por tanto de vecindad en La Zarza. Tanto ha sido el cariño y el apego al lugar donde se criaron que, este año, quizás por la crisis que afecta a la vivienda, decidieron a toda costa quedarse en casa de los padres, pero estos les dijeron que no había espacio para dos familias. Así que decidieron inspeccionar otras atalayas para construir su morada.
Mira, el Torreón seria un lugar donde podríamos intentar aposentarnos, le sugirió la hembra a su pareja, mientras volaban bajo una nube negra que amenazaba chuzos o pedrisco. Ella se posó primero haciendo equilibrio en uno de los cuatro boliches puntiagudos para demostrar que era posible disfrutar de la panorámica que ofrecían las cuatro esquinas.

Pero él no lo veía tan claro. Sobrevoló varias veces el lugar sin mucho convencimiento.


Pero ella utilizó sus recursos de seductora con cantos y arrumacos para animarle a posarse hasta que por fin, él accedió sin mucha convicción. ¿Qué te parece?, preguntó ella. Hay mucho espacio, cuatro esquinas para airearse y desde aquí vemos la morada de nuestros padres.
No lo convenció. Este no es el lugar adecuado para construir la vivienda, dijo él .No se puede construir sobre un asiento plano porque cuando llueva el agua penetrará en la morada y la humedad será permanente.




Pondremos plásticos alrededor, que en los vertederos hay muchos, dijo ella con afán de convencerlo. No te empecines, dijo él, este no es el lugar adecuado; si no ¿por qué te crees que se construye en las esquinas de las torres y en los árboles? Precisamente para evitar la humedad de modo que cuando llueve el agua escurre y el viento orea todo en un pispás, argumentó él, persuadido de que sus argumentos convencerían a su pareja.


Pero ella no quería dejar el pueblo y se obstinaba en convencerlo a toda costa. Dónde vamos a encontrar mejores condiciones que aquí, replicó. Aquí tenemos mucho espacio, los hijos podrán pasearse y ensayar el vuelo libremente, sin peligro, además, tenemos el reloj para estar al tanto de la hora, tenemos wifi, y unas puestas del sol magníficas, ¿qué más quieres?
Todo eso es accesorio, lo fundamental son los cimientos y aquí no es el lugar apropiado, así que está todo decidido. Me marcho a buscar otro lugar mejor, dijo él.
Ya sé que a todos nos gusta quedarnos donde hemos nacido, pero eso no es posible, somos muchos y hay que buscarse la vida y la vivienda en otro lugar, y tendremos que emigrar, como lo han hecho otros antes de nosotros, añadió antes de emprender el vuelo.

Ella permaneció un instante en el mismo lugar para ver si se arrepentía pero él lo tenia claro, de modo que no tardó en alzar el vuelo para seguirlo. Cuando se alejaban, ella realizo varios giros, hacia atrás, arriba, abajo, y en el dibujo de su vuelo se podía leer:” ¡Adiós pueblo que me vio nacer, adiós!”, y se perdieron en el horizonte. Félix.

5 comentarios:

Manuel dijo...

Si es que en nuestro pueblo hasta las cigüeñas hablan, ... por arte de Félix.
Bonita secuencia de imágenes.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Huy Felix que cuento mas bonito y más entrañable, para que losmaestros de la Zarza se lo cuenten a sus alumnos y lo entenderan de maravilla, las fotos que le acompañan inigualables, tocas todos los géneros y a mi juicio los tocas bien , que más voy a decirte? todo un artista.Lo celebro.Una buena fábula y sacar la moraleja.
Tu prima .Un abrazo, gracias por las fotos las tengo como oro en pañoRosario Carreto

Salva dijo...

Muy logrado. Estas fábulas tienen mucho mensaje. Ni siquiera las cigüeñas son capaces de esquivar esta enraizada crisis. Amigo Félix te superas en cada relato. esa novela te está llamando. Juan se nos va a adelantar a la chita callando. Un abrazo Salva

Anónimo dijo...

A todos garcias por los comentarios,siempre alentadores.Seguro que Juan se adelantará,pues como diria aquel,tiene mucho tiempo.Eso me parece a mi.Lo mio se ha retrasado considerablemente debido a los contratiempos que sabes,Salva.Espero que dspues del verano se pueda restablecer la normalidad,o al menos una cierta normalidad que me permita coger la velocidad de crucero pues como sabes esto de la ecritura lleva su tiempo.He visto que nuestro paisano Jesús Alejo ha publicado su novela :"la Fábrica de la Luz",cuyo tema central es el Salto de Aldeadávila.Me gustaria saber donde se puede conseguir pues me gustaria leerla porque me imagino que debe de ser muy interesante ya que el tema nos es muy familiar.Un abrazo.Félix

Anónimo dijo...

Félix, creo que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra de una manera definitiva. De momento, en mi caso, las fábulas cierran la parada.
Sucede que aún estoy en el tajo, y a tope. Son muchos frentes. Ayer me pillaron mis compañeros de frontón cuando iban a jugar un torneo contra los de Reus. Insistieron para que fuese a buscar las raquetas y jugara, pero estoy muy ilusionado con la pérgola que estoy haciendo en mi parcela y no fui. Aunque les acompañé en la comida. Di mi palabra de que el martes jugaría si hoy, lunes, me ayudaban a subir las tejas. Prometieron que hoy a las seis les tendría allí. Yo cumpliré con la merienda del pecunio, si van o no ya te lo diré. Porque comer les gusta, currar ya es otro cantar, pero más vale que vayan porque si no van a tener letanía y guasa para mucho tiempo. Un abrazo Salva