Mi ovejita Lucera,que está en todo, me recuerda que no he felicitado el Año Nuevo ,como otros años ,a los visitantes de esta página,lo que hago en su nombre y el mio ,aunque sea con retraso.
Félix.
Querida ovejita Lucera:
Me ilusiona hacerte este homenaje porque después de muchos años de dudas, lo cual deploro, llego a la íntima convicción de que tu especie, la ovejuna, se parece muchísimo a la nuestra; la humanuna. Y no es que lo diga yo, que os conozco bien por haber sido en una época ovejero, sino que lo afirman los sociólogos y otros estudiosos, ovejeros o no. O sea, que he tardado mucho en convencerme, pues ya cuando pequeño escuchaba al cura de mi pueblo en el sermón que decía lo de Jesús como Buen Pastor del rebaño y yo creía que usaba ese ejemplo porque en gran parte vivíamos en el pueblo entre ovejas y de las ovejas. Pero no, parece ser que estaba escrito en los Evangelios lo que decía Jesús, lo del rebaño, lo de la oveja descarriada, lo de la oveja negra y todo eso, así que fíjate si la cosa viene de lejos, y ya se habían fijado en vosotras como modelo de comportamiento muy similar al nuestro. Por eso te felicito. Porque ocupáis un lugar privilegiado como especie animal, y estáis a menudo en la boca del animal racional que somos; y me cabrea, de verdad te lo digo, que muchos os mencionen con mala uva diciéndoos ovejos, borregos, y hasta oveja modorra, pero no hagas caso ,es pura envidia. Me he enterado que Jesús, según escribe uno de sus discípulos, comparaba a su pueblo con un rebaño de ovejas ¡qué honor! Lucera, y también las guiaba y velaba por ellas porque simbolizáis la inocencia, lo inofensivo, la dependencia, y Él quería un pueblo con el carácter de ovejas: mansas y humildes. Lo mismo que deseaban los pastores en mi pueblo y desconocían estas historias de Jesús, mira por donde. Y pensándolo bien, es lo mismo que quieren nuestros empleadores, que nos comportemos como ovejas, ¡no te amola! y lo han conseguido, así que fíjate si nos parecemos. Y es que no reflexionamos, vamos de cabeza a donde nos lleven, como vosotras, y no te parezca mal lo que digo porque cabeza dura si que tenéis, reconócelo, anda, aunque sé que tú eres más avispada y no representas al resto .Recuerdo un día en mi años mozos, cuando guiaba un rebaño, una oveja presa de su avaricia saltó una cerca medio derrumbada para hincharse del sembrado de cebada tierna y exquisita reservada a otros fines. Detrás de la primera fueron de cabeza berreando todas. Le envié al perro para sacarlas del sembrado pero se resistían hasta que mordió la pata de una de ellas, y recuerdo que las insulté y todo del cabreo que tenia. Por eso os conozco bien y sé que a cabeza dura no os gana nadie, Lucera, reconócelo. Pero nosotros hacemos lo mismo, si es que eso te consuela. Un día en la plaza Mayor de Madrid, unos agricultores enfadados por los bajos precios, repartían fruta gratis, y allá que se formó una cola impresionante y, como vosotras, ¡hala!,a empujones, todos de cabeza, y no era necesariamente gente necesitada, porque aún no había llegado la crisis, es que la gente es así, un rebaño, y me fastidia reconocerlo. O sea, que no es extraño que al parecernos tanto nos hayan hermanado, para bien o para mal. Así que los que nos gobiernan lo tienen muy fácil, Lucera, conociéndonos como nos conocen, se permiten jugar con nosotros. Pero vosotras sois más generosas porque solo por la comida dais a cambio leche, lana y corderitos y más cosas, aunque no me sorprendería que eso sea lo que quieren de nosotros muchos empleadores, que por poco más de la comida le demos mucho más a cambio, porque quieren rebajar tanto los salarios que hablan de minisueldos, trescientos o cuatrocientos euros al mes, sí, Lucera, como lo oyes. Ya sé que tu me dirás que vosotras tenéis además el peligro del lobo, sobre todo en invierno, y ni podéis ni sabéis defenderos, y a la que le toque la china morirá, pero no te creas que nosotros estamos mejor porque hay muchas personas que son lobos profesionales, que es aún peor, Lucera, pero vestidos de oveja,¿qué te parece? los tramposos, y en cuanto te confías un poco te han estafado y te dejan sin comida, en la calle, sin casa y sin nada, y con los ojos para llorar, eso si salvas la vida. Si, Lucera, el lobo lo tenemos entre nosotros, casi siempre disfrazado de oveja, como te decía, por eso en cierto modo te envidio.
De manera que después de todo lo que te he contado, te felicito porque definitivamente somos inseparables como concepto de grupo, unidos por el borreguismo, ¡perdón!, quería decir por el rebaño que conformamos ambos, aunque yo también, como tú, intente no representar a esa masa.
Espero que la crisis no te afecte demasiado, auque creo que no, porque solo te conformas con tener comida a diario y no tienes otras necesidades; bueno, salvo un pastor que te guíe sin explotarte, ¿me equivoco?, lo mismo que desearía yo para el rebaño nuestro, pero esto no tiene solución porque tenemos que vivir entre lobos que de vez en cuando dan un buen zarpazo o como dicen en mi pueblo: hacen una buena “lobá”, que es sinónimo de matanza sin contemplaciones, como si fuera un juego..
Y así ,asaltados de vez en cuando, como vosotras, por mordiscos lobunos, vamos avanzando, y al que le toca la mala china le tocó, como a vosotras, querida Lucera. Y es que, ¡nos parecemos tanto...!
Félix.
Me ilusiona hacerte este homenaje porque después de muchos años de dudas, lo cual deploro, llego a la íntima convicción de que tu especie, la ovejuna, se parece muchísimo a la nuestra; la humanuna. Y no es que lo diga yo, que os conozco bien por haber sido en una época ovejero, sino que lo afirman los sociólogos y otros estudiosos, ovejeros o no. O sea, que he tardado mucho en convencerme, pues ya cuando pequeño escuchaba al cura de mi pueblo en el sermón que decía lo de Jesús como Buen Pastor del rebaño y yo creía que usaba ese ejemplo porque en gran parte vivíamos en el pueblo entre ovejas y de las ovejas. Pero no, parece ser que estaba escrito en los Evangelios lo que decía Jesús, lo del rebaño, lo de la oveja descarriada, lo de la oveja negra y todo eso, así que fíjate si la cosa viene de lejos, y ya se habían fijado en vosotras como modelo de comportamiento muy similar al nuestro. Por eso te felicito. Porque ocupáis un lugar privilegiado como especie animal, y estáis a menudo en la boca del animal racional que somos; y me cabrea, de verdad te lo digo, que muchos os mencionen con mala uva diciéndoos ovejos, borregos, y hasta oveja modorra, pero no hagas caso ,es pura envidia. Me he enterado que Jesús, según escribe uno de sus discípulos, comparaba a su pueblo con un rebaño de ovejas ¡qué honor! Lucera, y también las guiaba y velaba por ellas porque simbolizáis la inocencia, lo inofensivo, la dependencia, y Él quería un pueblo con el carácter de ovejas: mansas y humildes. Lo mismo que deseaban los pastores en mi pueblo y desconocían estas historias de Jesús, mira por donde. Y pensándolo bien, es lo mismo que quieren nuestros empleadores, que nos comportemos como ovejas, ¡no te amola! y lo han conseguido, así que fíjate si nos parecemos. Y es que no reflexionamos, vamos de cabeza a donde nos lleven, como vosotras, y no te parezca mal lo que digo porque cabeza dura si que tenéis, reconócelo, anda, aunque sé que tú eres más avispada y no representas al resto .Recuerdo un día en mi años mozos, cuando guiaba un rebaño, una oveja presa de su avaricia saltó una cerca medio derrumbada para hincharse del sembrado de cebada tierna y exquisita reservada a otros fines. Detrás de la primera fueron de cabeza berreando todas. Le envié al perro para sacarlas del sembrado pero se resistían hasta que mordió la pata de una de ellas, y recuerdo que las insulté y todo del cabreo que tenia. Por eso os conozco bien y sé que a cabeza dura no os gana nadie, Lucera, reconócelo. Pero nosotros hacemos lo mismo, si es que eso te consuela. Un día en la plaza Mayor de Madrid, unos agricultores enfadados por los bajos precios, repartían fruta gratis, y allá que se formó una cola impresionante y, como vosotras, ¡hala!,a empujones, todos de cabeza, y no era necesariamente gente necesitada, porque aún no había llegado la crisis, es que la gente es así, un rebaño, y me fastidia reconocerlo. O sea, que no es extraño que al parecernos tanto nos hayan hermanado, para bien o para mal. Así que los que nos gobiernan lo tienen muy fácil, Lucera, conociéndonos como nos conocen, se permiten jugar con nosotros. Pero vosotras sois más generosas porque solo por la comida dais a cambio leche, lana y corderitos y más cosas, aunque no me sorprendería que eso sea lo que quieren de nosotros muchos empleadores, que por poco más de la comida le demos mucho más a cambio, porque quieren rebajar tanto los salarios que hablan de minisueldos, trescientos o cuatrocientos euros al mes, sí, Lucera, como lo oyes. Ya sé que tu me dirás que vosotras tenéis además el peligro del lobo, sobre todo en invierno, y ni podéis ni sabéis defenderos, y a la que le toque la china morirá, pero no te creas que nosotros estamos mejor porque hay muchas personas que son lobos profesionales, que es aún peor, Lucera, pero vestidos de oveja,¿qué te parece? los tramposos, y en cuanto te confías un poco te han estafado y te dejan sin comida, en la calle, sin casa y sin nada, y con los ojos para llorar, eso si salvas la vida. Si, Lucera, el lobo lo tenemos entre nosotros, casi siempre disfrazado de oveja, como te decía, por eso en cierto modo te envidio.
De manera que después de todo lo que te he contado, te felicito porque definitivamente somos inseparables como concepto de grupo, unidos por el borreguismo, ¡perdón!, quería decir por el rebaño que conformamos ambos, aunque yo también, como tú, intente no representar a esa masa.
Espero que la crisis no te afecte demasiado, auque creo que no, porque solo te conformas con tener comida a diario y no tienes otras necesidades; bueno, salvo un pastor que te guíe sin explotarte, ¿me equivoco?, lo mismo que desearía yo para el rebaño nuestro, pero esto no tiene solución porque tenemos que vivir entre lobos que de vez en cuando dan un buen zarpazo o como dicen en mi pueblo: hacen una buena “lobá”, que es sinónimo de matanza sin contemplaciones, como si fuera un juego..
Y así ,asaltados de vez en cuando, como vosotras, por mordiscos lobunos, vamos avanzando, y al que le toca la mala china le tocó, como a vosotras, querida Lucera. Y es que, ¡nos parecemos tanto...!
Félix.
6 comentarios:
Amigo Félix, cuando llegues al cielo…
No, no, no es esto lo que quiero decirte, pero es que me suena mucho y me ha venido a mi memoria de cuando mi abuelita, Estrellita la llamaban, nos lo cantaba cuando éramos corderas.
Amigo Félix, quiero agradecerte este tu homenaje para conmigo y la alta estima en que me tienes. Tú también tienes la mía. Estoy muy de acuerdo con todo lo que dices y tus comparaciones con nuestras vidas, siempre paralelas y como oveja vieja te aconsejo que no te apartes y te destaques mucho del rebaño o grupo en tu caso, pues enseguida dirán que empiezas a descarriarte o que eres raro o te estás poniendo modorro. Y déjame que añada mi preocupación por vuestro rebaño más amenazado que el nuestro porque habéis llegado a tal punto que hoy hay tantas manadas de lobos (disfrazados o no) como rebaños de ovejas y esto empieza a ser grave, muy grave, más que lo nuestro. Por eso, amigo Félix, cuando llegues al…. ¡otra vez la cantinela!... te recomiendo que vayas con cuidado en tu rebaño y te cuides mucho de lo lobos que te rodean. (Lucera)
Gracias por tus consejos, Lucera,
ya sé que en tiempos revueltos
siempre hay que andar al loro,
que hay mucho lobo suelto
con ansias de un buen tesoro.
El rebaño anda dividido
y un tanto descarriado,
cada cual va con su pastor
y eso a mi me de de lado
que a unos les guste el rojillo
y a otros, el azulado.
Yo de ninguno me fío,
busco otra solución,
cuando puedo me largo al río,
cuando no, escucho una canción,
de lo único que me fío
es de mi ojo avizor.
No olvido el lobo del cuento, Lucera
con la patita de harina,
pues ahora lleva guante blanco
y con la cara mohína.
Por eso hay que andar al loro
y no fiarse del color,
por eso yo siempre ando…
ojo avizor.
Cuídate mucho Lucera
de cualquier rebaño alocado
que lobos siempre los hubo
y hasta hoy nos hemos librado.
Félix.
Vaya, vaya, el buen rollo que se llevan por aquí la ovejita Lucera y Félix.
Esta Lucera apunta maneras. No hay mas que ver su posado atenta a cámara sin soltar el bocadito de hierba fresca. Oye, si sigue así, le abrimos un blog. Habla con ella del tema,a ver qué te dice-
-Manolo-
Aquí se está poniendo muy alto el listón para incluir comentarios. Esta ovejita Lucera está de vuelta de todo. Tendremos en cuenta sus razonamientos en el futuro.
Y como dije al comienzo, hay mucho nivel, pues se atreven con rimas a las primeras de cambio. Salva
Félix. Por un error mío, el comentario sobre Lucera, lo he puesto en "La armónica de contrabando",lo siento. Disculpa.
Luis
Así de sencillo es, pues con solo copiar y pegar el presente comentario, cambiandolo de escenario, de la entrada de la armónica a donde ir debiera, a esta de la ovejita Lucera.
No podía ser de otra manera,
que, Félix y su Lucera,
una lección nos diera
de cordura y sensatez.
La vida, es tal cual es
y, seguirá siendo igual,
pues, para bien o para mal
habrá y lobos y luceras,
cabras locas y tiernas corderas
y explotadores sin piedad.
Sí señor, sí señor...
¡Bravo por tu genialidad.! No es Lucera una oveja cualquiera, ni una oveja modorra, es más astuta que la zorra explorando un gallinero.
Félix: Cuando le eché un ojo a tu blog, me dije muy seriamente: este paisano es buena gente, inteligente y genial, pues, tienes el don de explicar con amenidad sin par, aquello que a los demás, no nos resulta corriente. ¿Será que eres diferente, o solamente Excepcional...?
Ahora comprendo el porqué del lenguaje de las ovejas no está a la altura de los demás y el motivo por el que a tí, te resulta fácil hablar con Lucera y entenderte con su especial dialogar, imposible para otra gente.
Cuida bien a Lucera que, tendrá que darnos más alegrías para ayudarnos a pasar esta puñetera crisis que, a unos de una manera y, a otros de otra, a todos nos trae por la calle de la amargura. Cuídate tú tambiém y cura el resfriado.
Un abrazo, Féliz. Hasta luego.
Luis
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