14 febrero 2009

El poder de las palabras

De un tiempo a esta parte, los gobernantes nos vienen demostrando sus dotes, tanto, que con una docena de palabras son capaces de gobernar España. Hace un tiempo leí en un articulo que en una aldea sus habitantes no usaban más de unas doscientas palabras para comunicarse y que esto no les impedía vivir en armonía y llegar a viejos como en cualquier lugar.
Realmente me parecían pocas palabras comparadas con las docenas de miles que nos ofrece el diccionario de nuestra lengua. Pero mira por donde los políticos han superado esta marca y la han reducido a una docena, registro muy difícil de batir. Digo que son una docena porque son las que repiten los políticos y sus colaboradores una y otra vez en mítines,
entrevistas y tertulias porque saben que esas palabras son la clave de su discurso, y son las que enganchan al ciudadano, y las que, aderezadas con una buena dosis de simpatía, quedan servidas para el consumo rápido y digesto. Llegados a esta conclusión, solo cabe felicitar a los descubridores por esta magistral lección.
Estas palabras son: talante, diálogo, tolerancia y últimamente llegada la crisis se han añadido: reajuste, desaceleración, optimismo, confianza y por último la frase: ”de esta crisis vamos a salir”.
Cabe decir que quien comulgue con estas palabras, que son algo así como las Tablas de la Ley de Moisés, será bien acogido y si no, se le recriminará con los antónimos. He hojeado en el diccionario para comprender mejor el poder mágico de estas palabras, pero llevado al contexto político no aportan nada de especial, de modo que he tenido que recurrir al diccionario popular, al lenguaje de la calle, que es el que mejor encaja, el más exacto y el más sabio, cuya conclusión es la siguiente:
Talante: No aporta nada de especial; sirve igual para un roto que para un descosido, ese es su mérito.
Diálogo: Hay varios tipos pero el más utilizado últimamente es el diálogo de sordos.
Reajuste: Esta palabra llevada al campo de la economía y de la crisis, significa apretarse el cinturón. Algunos han tenido que apretárselo tanto que se le ha quedado cintura de avispa.
Desaceleración: Esta palabra sé muy bien lo que quiere decir porque fui en una época mecánico y en asuntos de aceleradores y carburadores sé bastante y está claro que significa: ir de culo y cuesta abajo.
Confianza: Esta es algo parecida a la definición de la fe: creer en lo que no vimos. Pero la que más me convence es, una vez más, la que procede del pueblo,y que es el caso de dos chavales que corrían huyendo de un toro y uno le dice al otro: mira, ya no corro más, me esconderé detrás de esa encina, y como soy muy creyente, no me pasará nada. El otro sigue corriendo y le grita: ¡pues fíate de la virgen y no corras!
Optimismo: Aquí se puede aplicar lo de: Dios aprieta pero no ahoga, o nunca ha llovido que no haya escampado, pero también esta vez me gusta mas la de una persona que regresaba, avanzada la noche, de una fiesta con unas copitas de más; sube a un taxi y le dice al taxista: No desco confie señor que tengo dinero pa pa pagarle, y tengo una novia muy gu guapa, y una finca con cacaballos, y no me falta de naaaa….El taxista muy serio le responde: amanecerá y veremos.
De esta crisis vamos a salir: Esta frase tan cacareada últimamente es la más exacta puesto tengo la certeza de que vamos a salir. Si uno lo puede contar, y, espero que seamos todos, es que hemos salido de ella.
Lo que no tengo nada claro es si vamos a salir con plumas o desplumados.
O sea. Félix.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jó, Félix! ¡Muy bueno! ¡LO HAS CLAVAO!
Esas definiciones son más creibles que lo que estamos acostumbrados a oír.

Manuel dijo...

Son, sin lugar a dudas, las traducciones correctas y exactas de lo que esas palabras significan en la actualidad.
Desde esta Zarza virtual propongo a nuestro Félix para:
TRADUCTOR MAYOR DEL REINO.
Traductor e intérprete de textos socio-politico-coyunturales.
Todo quedaría más claro.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Félix, tu muy bien sabes que algunas palabras tiene músicalidad, su sonido y su acento así lo hacen sentir. Leí en el blog que le dabas a la guitarra y algo de esto pillarás. Talante, semblante, acritud, imputado, horquilla, obvio, etc. Suenan bien y las utilizan frecuentemente.
Creo que si yo tuviese que definir a un político lo haría del modo siguiente: es el individuo que tiene facilidad para hablar largo y tendido sin concretar nada. Crisis o no crisis es un ciclo más que, como ha ocurrido siempre, lo sacarán adelante los más inocentes de esta situación: todos los que cada mañana acudimos al tajo, excepto esos veintidos días que disfrutamos de vacaciones.
Cuando la construcción se para todo se derrumba. Y los ricos del ladrillo ahora se lamentan de que ya no queda tarta. Sé por experiencia propia que los precios están hinchados para pagar a la cantidad de chupócteros y corructos que merodean alrededordel negocio.
El coste real del material y la mano de obra no dispara esos precios. Mas bien son las recalificaciones por decisiones políticas que favorece a alguién que conviene y que después sabrá agradecer tan "sabia" decisión. SALVA