Sonidos suaves, ritmados en el atardecer. Sonidos.
Estoy en mi habitación, es el mes de enero.
Sonidos; la tarde cae lentamente. A través de mi ventana veo cruzar palomas que están buscando aposento para pasar la noche.
Sonidos. Oigo el zumbido de las palomas, el macho hincha el papo y hace sonar cada vez más fuerte su gruuuurruu, grurruuuu… demostrando así que él es el jefe.
Sonidos incesantes de palomas que se cruzan. Sonidos suaves que cortan el viento con sus aleteo.
Estoy abrazado a mi guitarra .Pulso una cuerda grave. Por la habitación se expanden sonidos graves sin dejar espacio para otros sonidos. Continuo pulsando las cuerdas y en el aire va irrumpiendo la melodia suave porque así es la música de ”Bésame mucho”; suave, romántica, profunda, eterna, porque esa melodia me traslada a otros lugares, a otros recuerdos lejanos que renacen con el aroma primaveral de la juventud. La última nota se desvanece dejando lugar a un corto silencio; silencio sideral.
Pero el sonido vuelve con el zureo de las palomas. Silencio dentro; frío y zureo afuera. La tarde se desvanece y el crepúsculo deja caer su velo que va cubriendo de penumbra mi habitación.
Sonidos afuera, tambien dentro, porque el frigorífico arranca con un breve y suave murmullo, cansino, y se vuelve a dormir en silencio.
Sonidos: el tic-tac del reloj prosigue su andar sin descanso y me sacude la pereza que por momentos se adueña de mí, porque él marca el ritmo de las cosas que hago, que veo, que oigo.
Un sonido lejano, casi desvanecido del claxon de un coche me recuerda que estoy en Madrid, pero yo estoy alejado del bullicio de la ciudad, aunque esté en su corazón.
Sonidos. Una voz femenina invade el espacio que quedó en silencio, porque las palomas van a iniciar su descanso en el hueco de las ventanas de un piso deshabitado. La voz femenina prosigue con su timbre metálico reprendiendo a un niño que protesta, lloriquea y después calla para dar paso al silencio.
Sonidos: zureos, palomas, guitarra, frigorifico,… voces fugaces y lejanas son mis aliados en esta tarde. El crepúsculo avanza sin prisa pero ya se adueña del entorno.
Las palomas han callado y están cada una en el lugar que le corresponde como jerárquicamente han decidido para vivir en paz.
Sonidos. La noche se adueña de la ciudad y lentamente va anestesiando a sus habitantes. Una paloma despistada llega tarde y aun busca su morada mientras su aleteo azarado palmotea y silba en el silencio porque es rechazada, quizás como castigo a su despiste y tarda en encontrar aposento hasta que otra compasiva le cede un espacio y ya todo duerme definitivamente en paz y en silencio.
Sonidos son los que alimentan mi mente en esta tarde que ya es noche y que pone fin a un día de descanso, porque hoy es domingo, mientras el reloj sigue impasible con su tic-tac, tic-tac, marcando el ritmo del tiempo.
Sonidos.
Félix.
Estoy en mi habitación, es el mes de enero.
Sonidos; la tarde cae lentamente. A través de mi ventana veo cruzar palomas que están buscando aposento para pasar la noche.
Sonidos. Oigo el zumbido de las palomas, el macho hincha el papo y hace sonar cada vez más fuerte su gruuuurruu, grurruuuu… demostrando así que él es el jefe.
Sonidos incesantes de palomas que se cruzan. Sonidos suaves que cortan el viento con sus aleteo.
Estoy abrazado a mi guitarra .Pulso una cuerda grave. Por la habitación se expanden sonidos graves sin dejar espacio para otros sonidos. Continuo pulsando las cuerdas y en el aire va irrumpiendo la melodia suave porque así es la música de ”Bésame mucho”; suave, romántica, profunda, eterna, porque esa melodia me traslada a otros lugares, a otros recuerdos lejanos que renacen con el aroma primaveral de la juventud. La última nota se desvanece dejando lugar a un corto silencio; silencio sideral.
Pero el sonido vuelve con el zureo de las palomas. Silencio dentro; frío y zureo afuera. La tarde se desvanece y el crepúsculo deja caer su velo que va cubriendo de penumbra mi habitación.
Sonidos afuera, tambien dentro, porque el frigorífico arranca con un breve y suave murmullo, cansino, y se vuelve a dormir en silencio.
Sonidos: el tic-tac del reloj prosigue su andar sin descanso y me sacude la pereza que por momentos se adueña de mí, porque él marca el ritmo de las cosas que hago, que veo, que oigo.
Un sonido lejano, casi desvanecido del claxon de un coche me recuerda que estoy en Madrid, pero yo estoy alejado del bullicio de la ciudad, aunque esté en su corazón.
Sonidos. Una voz femenina invade el espacio que quedó en silencio, porque las palomas van a iniciar su descanso en el hueco de las ventanas de un piso deshabitado. La voz femenina prosigue con su timbre metálico reprendiendo a un niño que protesta, lloriquea y después calla para dar paso al silencio.
Sonidos: zureos, palomas, guitarra, frigorifico,… voces fugaces y lejanas son mis aliados en esta tarde. El crepúsculo avanza sin prisa pero ya se adueña del entorno.
Las palomas han callado y están cada una en el lugar que le corresponde como jerárquicamente han decidido para vivir en paz.
Sonidos. La noche se adueña de la ciudad y lentamente va anestesiando a sus habitantes. Una paloma despistada llega tarde y aun busca su morada mientras su aleteo azarado palmotea y silba en el silencio porque es rechazada, quizás como castigo a su despiste y tarda en encontrar aposento hasta que otra compasiva le cede un espacio y ya todo duerme definitivamente en paz y en silencio.
Sonidos son los que alimentan mi mente en esta tarde que ya es noche y que pone fin a un día de descanso, porque hoy es domingo, mientras el reloj sigue impasible con su tic-tac, tic-tac, marcando el ritmo del tiempo.
Sonidos.
Félix.
3 comentarios:
Así se pasa una tarde en libertad, incluida la salud porque si no ya no se es libre. Eso te ha permitido compartir el arrullo de las palomas en el núcleo de la gran ciudad, y la vida que se repite en tu alrededor, esas voces entre muros donde ronda el "Bésame mucho", bolero que te trasporta a la placidez de su mensaje.
Sin nínguna duda, sé que aprovechas bien(valga la redundancia, las cosas que se aprovechan siempre son buenas)
No sé si recuerdas el juego del BINOMIO FANTÄSTICO, aquel que describía las cuatro etapas de un personaje, se ajustaba,¿o no?.
Cojo el testigo de una sugerencia, no recuerdo exactamente por parte de quién, tal vez Paco, en la que comentaba la posibilidad de colgases algún video. Sólo necesitas un poco de paciencia al subirlo. ¡Anímate y deleitanos con alguna canción!. Un abrazo, Salva.
Si así son tus "soledades" en Madrid, con esos sonidos, del viento, el tic, tac, aleteos,...¿cómo serán tus "soledades" en La Zarza, me pregunto?..
Cómo con tanto y tan poco a nuestro alcance hay muchos que, dicen, se aburren, ¿será posible?
Deberes para tu próximo viaje al pueblo: Cerca de la casa de tus padres está el viejo telar del Sr. Valeriano. No recuerdo muy bien, pero en las jambas o dinteles de la puerta o ventanas existen unas manos labradas en la piedra que según Mariví ( ver libro de visitas) corresponde al contorno de las manos de su madre. Si tomas alguna imagen, con ella haremos más vivos los recuerdos que Mariví tiene de la Zarza.
-Manolo-
Sonidos...vivencias...sentimientos....intimismo...melodias musicales preciosa descrición de una tarde-noche madrileña, gracias por trasladarnos a un retazo de tu vida , preciosa tarde para mí, preciosa tarde para tí sin duda...como sacas provrcho de. todo lo que en tu ambiente se puede observar y se puede sentir, eso solo lo logra la sensibilidad de tu person, sacar lectura a todo lo que te rodea. Gracias primo.
Rosario Carreto
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