15 mayo 2010

San Isidro Labrador y la primavera.













Hoy celebramos en Madrid la festividad de San Isidro Labrador. Salgo a la calle con mi compañera inseparable (la cámara de fotos) para celebrarlo a mi manera. El día amaneció luciendo un sol radiante invitando al paseo, pero poco a poco con la atmosfera un tanto revuelta, las nubes, aunque esparcidas, han comenzado a invadir el cielo aunque se disiparán durante la tarde para que luzca el sol durante la lidia en las Ventas .Por las calles que confluyen con la glorieta de Cuatro Caminos observo que más de la mitad de los paseantes son inmigrantes. Me paro ante un escaparate que me llama la atención para hacer una foto. Una niña de unos seis años, de rasgos amerindios, se queda mirándome mientras su madre tira del brazo para que no se pare. Finjo sacarle una foto. La niña convencida, con un semblante feliz, me da las gracias y se despide con la mano dándome de nuevo las gracias. Después le comenta a su madre que le han hecho una foto, pero su madre, que vive en otro mundo, hace caso omiso y sigue tirando del brazo. En su universo infantil ella ha disfrutado del momento porque le han hecho una foto y es feliz. Qué poco se necesita para encontrar la felicidad cuando uno es pequeño. Pero caigo en la cuenta que yo también he disfrutado como un niño de ese instante, porque precisamente esa niña me ha enviado una sonrisa cariñosa y me ha dado las gracias por la foto, como si fuéremos amigos de toda la vida. Yo voy por la calle intentando captar lo que me atrae. La niña hace lo mismo, ajena a la indiferencia y a las prisas de su madre. Hoy festejamos San Isidro como símbolo de la primavera, del esfuerzo, del sacrificio que supone labrarse el día a día en tiempos revueltos como ahora, como lo fueron en su tiempo también. Y a pesar de todo, siempre hay una flor en la primavera para alegrarte el día. Yo ya he tenido mi regalo; el de una sonrisa, el de una atención particular, el de un hasta luego. Pueden ser cosas insignificantes, o no; como todo al fin y al cabo. Todo es relativo. Tiempos revueltos; primavera revuelta que un día tras otro se empeña en demostrarnos, por si alguien lo dudara, que hay que seguir sudando la gota gorda como Isidro para ganarse el sustento, que lo otro, lo del pelotazo, es contra natura y nos aboca a situaciones imprevisibles. Pero hoy es San Isidro y toca disfrutar. Madrid se viste de chulapo, las terrazas ofrecen un espacio de descanso después de las procesiones y en la atmósfera se respira el aroma genuino mezcla de tabernas, flores y fragancias de los paseantes. Algunos veinteañeros van en camisa mientras el resto no se despoja del jersey o chaqueta. El sol sale y se esconde, y entre música y algarabía transcurre la fiesta. San Isidro descansa en su morada y da paso a la tarde que continuará con la fiesta nacional en la plaza de las Ventas, como siempre, entre toros, pasodobles, señores fumando su puro, a veces acompañados de bellas mujeres mucho más jóvenes que exhiben su belleza, mostrando sus gafas de sol, con sol y sin él, porque para eso han ido. Cada cual exhibe su poderío en ese circo moderno lleno de luz y color, de rojo y gualda, de joyas y modelos de pasarela, de escotes sugestivos,de pañuelos blancos y bocadillos,y de botas de vino engrasando la voz para responder con aplausosos ,o silvidos ,o clamando el premio para el diestro. La fiesta va por barrios y cada cual lo disfruta a su manera, como suele ocurrir en tiempos revueltos, en una primavera revuelta que amaga con calor y nos engaña con frío. Como los gobernantes que nos anunciaron primaveras prósperas y perfumadas y resulta que ahora le tenemos que devolver las flores que nos regalaron. De momento vamos para mejor tiempo, las flores siguen brotando y los frutos creciendo.
Hoy es San Isidro. Que cada cual reciba su fruto y encuentre su flor. Félix.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres tan buen fotógrafo como escritor. Me gusta mucho la foto de arriba. ¿es de hoy?
Saludos
(Paco)

Anónimo dijo...

Qué generoso eres,Paco.Pues la foto es de nuestro rio.Hace un par de semanas tuve la suerte de recorrer el cauce desde el puente de Fuentes hasta Singuilina.Volvi a disfrutar de la misma estampa que hace cincuenta años.La naturaleza rompia cubriendolo todo de verde,con las correspondientes flores y con el agua rebosando la pequeña presa del molino;un auténtico paraiso.Me crucé con dos pescadores y un perro que se habia quedado rezagado disfrutando con algun bichejo.Por debajo del molino
y hasta el puente de Fuentes hay unos remansos de agua donde emegian plantas y flores acuaticas.Las de la foto son una muestra de las distintas variedades.Me alegro que te hayan gustado.A mi me recuerdan las pinturas de algunos impresionistas
¡Que pinturas hubieran realizado si hubieran conocido nuestro rio!
Aviso a los pintores zarceños ;ese lugar se presta como ninguno para hacer unos buenos lienzos sobre paisaje.Félix.

Manuel dijo...

Ando un poco despistado con los comentarios. Para mí que en tu entrada anterior había dejado uno, pues me refería a las dos magníficas fotos que dejaste en él y a tu poesía...
"Desde el teso la Madera..."
Y decía que además de cronista de nuestra Zarza virtual-real, también eres nuestro poeta, juglar, trovador, ... y no sé cuantas cosas más y acabo de comprobar que no está. Pienso que, como a veces paso repasando todo y deprisa, es posible que al enviar el comentario, no pasara la verificación de la palabreja que se solicita y sin advertirlo pasé de largo y no me enteré, supongo que algo así sucedió. No sería la primera vez. Bueno, debes saber que aunque no se dejen comentarios, te leemos y comtemplamos tus fotos, como lo de todos los blogueros.
La imagen de hoy excelente también. Reflejos y reflejos en todos sus matices.
-Manolo-

dalila virgolini dijo...

He leído, por hoy, los primeros dos capítulos de la historia de inmigrante... Me parece muy emocionante, y me hace pensar en el tiempo que pasa hasta que uno se da cuenta de cuántas cosas recuerda! En muchas sensaciones me siento identificada y pensaba, será tal vez porque compartimos esta experiencia tan fuerte pero tan bonita que nos caemos simpáticos? Creo que vivir situaciones así hacen a las personas más abiertas, y como decías en este último post, más atentos a las ""pequeñeces"" de la vida, que pueden producir facilmente si uno quiere tanta felicidad bajo la "ley de la relatividad"...
Tengo que terminar la historia, y estaré atenta a las nuevas!
Un saludo, ah, y esta es mi página para que le heches un vistazo: www.dalilavirgolini.com